Tom Brady fue el gran nombre de la noche en la Super Bowl LV que se celebró en el Raymond James Stadium de Tampa y en la que los Tampa Bay Buccaneers se impusieron a los Kansas City Chiefs por 31-9.
La noche del 7 de febrero de este año, Brady batía un récord consiguiendo por séptima vez un campeonato de fútbol americano, lo que le sitúa como el único jugador estadounidense con siete anillos de campeón.
El matrimonio de Brady con la modelo Giselle Bündchen representa la imagen del éxito y la fortuna. Ella a los 40 años sigue siendo toda una estrella y él demuestra que se crece ante la adversidad. Su fortuna asciende a 500 millones de dólares.
Como siempre, en el terreno de juego —esta vez en Tampa, la casa de los propios Buccaneers— Brady no estuvo solo. Bündchen y sus hijos le acompañaron. Desde el principio de la noche se pudo ver a la modelo en un palco del estadio rodeada de familiares y amigos dando apoyo al deportista.
Los focos se centraron en Brady antes, durante y después del partido, ya que el hecho de que la final se celebrase en Tampa le permitió estar más cerca de sus hijos y de su pareja.
Al final del encuentro Bündchen bajó al campo durante la ceremonia de celebración del título y le dio un apasionado beso a Brady ante la expectación de todas las cámaras que había alrededor del quarterback que inmortalizaron ese momento.
Brady y Bündchen siguieron mostrando su amor durante la celebración de un título histórico para el quarterback, que se consolida como la gran leyenda de la NFL en los últimos años con su séptima Super Bowl conquistada.
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