Tabaca está emplazado en un barrio cuya construcción data de 1920, considerado el primer proyecto urbano planificado del país. Tratando de preservar esa atmósfera, se instalaron en una casona antigua, cuya remodelación ha procurado respetar el espíritu del diseño original. Esto, con la finalidad de que la permanencia del comensal se constituya en toda una experiencia, un auténtico viaje al pasado a través del mestizaje de sabores servidos en el plato.
A pesar de que sus propietarios cuentan con una amplia experiencia en el mundo de la gastronomía y la dirección de restaurantes, Tabaca es de reciente nacimiento. Surge a partir de un concepto fundamental: el sincretismo cultural que tuvo lugar en Barranquilla a finales del siglo pasado y que dio como resultado una ciudad festiva, pluriétnica y hospitalaria. Lo anterior, unido a la distinción, elegancia y modernización de la urbe, encarnada por el barrio El Prado, lo dotan de una personalidad única, cuyo núcleo principal es el Caribe, pleno de sabores y platos coloridos, pero enriquecido con influencias foráneas.
Tabaca es, ante todo, alta cocina del Caribe colombiano con sentido familiar. Paul Henríquez, el padre, además de ser el arquitecto a cargo de la restauración de la casa, es el gerente general. María Emilia Losada, la madre, es la chef. Marianna, la hija mayor, funge como subgerente e investigadora gastronómica. Roberto, el hijo, es quien sistematiza el negocio. Y aunque los negocios familiares no son rarezas dentro del campo de la gastronomía, lo que imprime un sello a Tabaca es el amor que le impregnan a cada plato.
Si hay algo que resalta en Tabaca es su identidad, su carácter seguro de sí mismo y desenfadado. Se trata, efectivamente, de un lugar con sello propio en el que el diseño de los espacios se conjuga armoniosamente con la oferta gastronómica para brindarle al visitante una experiencia inolvidable. Nada allí es casual. Esta es la razón por la cual detrás de la elaboración de cada plato, hay una ardua investigación que no sólo abarca la elaboración del mismo, sino también su historia.
Arroz de cangreja con coco, puerros y langostinos marinados en ajo. Un plato con fondo de reggae y calipso que transporta a quien lo prueba a la isla de San Andrés y su mar de siete colores.
1. Hecho con pasta filo, crema de queso costeño y dulce de papaya.
2. El helado de chocolate de bola, una exquisitez que ningún visitante debería dejar de saborear.
Para no dejar cabos sueltos, Tabaca ha dispuesto de un equipo de jóvenes universitarios, que aúnan al conocimiento minucioso de la carta, la calidez humana que hace sentir a los visitantes como miembros de la casa.
La música, por otro lado, es cien por ciento tropical, sin ser, necesariamente, escandalosa. Se trata, por lo regular, de música instrumental que ofrece un acogedor telón de fondo para sostener una buena conversación mientras se deleita el paladar con la exquisitez de los sabores. Y para hacer toda experiencia mucho más grata, los viernes y sábado hay música en vivo.
De lunes a jueves de 12 m a 3 pm y de 6 pm a 11 pm / Viernes y sábado se extiende hasta las 12 pm y los domingos de 12 m a 5 pm.
¿Dónde queda?
Carrera 58 # 72-140
Reservas +57 3006745783
Para conocer el menú completo
tabaca-restaurante.cluvi.co
Instagram @tabacarestaurante
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