Si las memorias biográficas sirven para revelar el alma y la vida de los famosos, la recientemente publicada por Will Smith sirve quizás para entender el comportamiento violento que protagonizó en los premios Oscar 2022, y que marcaron el derribó del exitoso mundo de una estrella de Hollywood.
El 27 de marzo de 2002, sería su mejor noche, pero en cuestión se segundos la gala pasó a ser el inicio de su mayor pesadilla. La bofetada a Chris Rock, enmudeció a todos sus colegas y a millones de televidentes en el mundo entero.
Y aunque a las horas, se le vio tomándose selfies con compañeros y bailando en el after party, la mea culpa llegó en una escalada de peticiones de perdón. El texto brindando disculpas al comediante y a “todos” se leyó por Instagram y culminó con un comunicado en el que renuncia a la Academia, dando más alegatos a su inesperada reacción.
Pero para una mayoría, eso no bastará. La carrera de un artista que luchó por ser un destacado actor se ve caer desde la cima y en una caída libre, difícil de detener y sin precedente alguno. Las producciones anunciadas en la que estaría protagonizando ya fueron canceladas.
Las confesiones de Will Smith se pueden leer en el libro de 500 páginas que lanzó el verano del año pasado, titulado “Will”. A su 53 años, el actor da una mirada a lo que fue su vida y los acontecimientos que marcaron su infancia.
Y es precisamente estas memorias, las que en la actualidad dan una mirada, una respuesta o un por qué reaccionó así, ante el “chiste” de mal gusto sobre la alopecia que sufre su esposa Jada Pinkett Smith.
A la pregunta que cualquiera continúa haciéndose: ¿Qué hizo que Will Smith estallará en una furia desmedida y marcada por la violencia?, está su inmediato discurso al alzarse con su primer y quizás, único Oscar, por el que lloró y habló del “amor de la familia”, palabras que son los primeros destellos a un comportamiento que reinó años atrás.
La historia de su pasado, escrito por Mark Manson puede dar una pista, sin justificaciones, solo entendiendo el brutal maltrato que por años presenció de su padre, Willard Carrol Smith, un hombre violento y alcohólico.
Destaca la clave que ofrece el escritor en la biografía de Will, en la que aparece la palabra “cobarde” en un orden de 17 veces.
Sin medias tintas, el propio actor se autocalifica con una sentencia lapidaria: “Siempre me he considerado un cobarde”, dice la súper estrella abriendo el primer capítulo de su libro.
“En casi todos los recuerdos de mi infancia tengo miedo: de otros niños, de que me hagan daño o de hacer el ridículo; miedo de aparentar ser débil. Pero, sobre todo, tenía miedo de mi padre”, es parte de un relato confeso de los recuerdos de un hombre que tiene en su mente el episodio de su padre golpeando a su madre.
Un golpe que la dejó en el suelo y botando sangre por su boca, fue el punto final a años de maltratos. Caroline Bright se hartó de todo y a la mañana siguiente salió a trabajar y nunca más regresó, dejando al pequeño Will de 9 años y a sus hermanos con su padre.
Vulnerable e indefenso siempre recordará y así lo escribió: “Aquel momento en el que no supe defenderla, más que cualquier otro, ha definido lo que soy”. Estas palabras pueden esconder la acción del actor en el evento en el que decidió levantarse, y sin pensarlo dos veces, caminar en dirección a Chris Rock, y abofetearlo, en defensa de su mujer.
Esta vez reaccionó en defensa de su esposa y no sintió la misma cobardía que en el pasado, la que le persigue por no saber proteger a su madre cuando era vilmente golpeada.
Y ese pensamiento lo describe tal cual en su relato: “… Lo que deben entender es que ‘Will Smith’, el rapero mata-alienígenas (protagonista de Hombres de negro), la estrella de cine más grande que la vida, es en gran medida una construcción diseñada para protegerme. Para esconderme del mundo. Para enterrar a ese cobarde”, añade el artista.
Esa actitud de su padre siempre le odió, y desde allí siempre pensó en acabar con la vida de su progenitor, pensamiento que terminó cuando le fue diagnosticado cáncer y debió cuidar de él.
Otro de los grandes episodios que marcó a Will fue la ruptura con su novia Melanie, la segunda mujer con quien habría tenido relaciones en su corta vida. La separación inesperada lo llevó a convertirse en un “depredador sexual”, actitud que cambió cuando conoció a Jada.
Pese a las crisis matrimoniales y a la decisión de tener una “relación abierta”, la estabilidad de la pareja sobrevive con el amor a sus hijos y de su hogar.
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