En el gran premio de Bahréin, que se lleva a cabo este domingo, la Fórmula 1 presenció un accidente único en toda su historia. En la primera vuelta de la carrera, el francés Romain Grosjean se salió de la pista, se estrelló contra un ‘guard rail’ y lo que vino después le está dando la vuelta al mundo.
El coche del equipo Haas se partió por la mitad y de inmediato se prendió fuego. Milagrosamente, el conductor europeo pudo salir rápido de la cabina y correr para huirle a la impresionante llamarada. Los auxiliares de la pista estuvieron impecables y fueron importantes para que Grosjean saliera vivo del choque.
El francés fue trasladado en ambulancia de manera inmediata y su equipo indicó que el parte médico es bastante alentador.
Grosjean tiene quemaduras leves en las manos y los tobillos, algo que resulta bastante positivo teniendo en cuenta que su vida estuvo seriamente en peligro.
Las llamas del coche de Grosjean este domingo en Baréin recordaron el accidente de Niki Lauda en 1976, pero el sistema de protección actual evitó mayores daños al francés, que horas después y desde un hospital admitió que «hace años no estaba a favor del halo, pero es lo mejor que hemos introducido en la F1».
«Sin él hoy no podría hablar con ustedes», aseguró desde el hospital, con aparatosos vendajes en sus manos, en un mensaje difundido por la F1 horas después de conseguir salir de su coche partido por la mitad y entre llamas en la pista de Baréin.
Las imágenes del accidente no paran de asombrar a fanáticos del automovilismo y del deporte en general.
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