Ramiro Sucre
Lujo, exclusividad y velocidad
Ramiro Sucre Ramos nació en un hogar barranquillero donde el trabajo duro y la dedicación eran los pilares fundamentales. Desde muy pequeño supo que debía luchar por sus sueños y que, con fe en Dios y esfuerzo, todo es posible. Hombre ACTUAL por excelencia, hablamos con él sobre cómo la pasión puede transformarse en un negocio exitoso.
El rugido de un motor como banda sonora de la niñez
Desde niño, Ramiro se apasionó por los autos lujosos. Según cuenta, le encantaba subirse a los carros de su padre y de los amigos de éste, quienes compartían una predilección particular por los vehículos de alta gama. Cualquier excusa era buena para apreciar de cerca estas formidables máquinas, así que limpiarlas se convirtió en un oficio por el que recibía de parte de los compañeros de su padre propinas cariñosas que le permitieron entender que la pasión y los negocios podían ir de la mano. Esta fue la semilla de Autoluxury, la marca bajo la cual Ramiro empezó a importar autos de lujo en 2006.
A pesar del prestigio del que hoy goza, él confiesa que no fue un camino fácil. Comenzó con una pequeña oficina arrendada que, gracias a su perseverancia y visión, se convirtió con el paso del tiempo en la impresionante vitrina que hoy en día es un referente nacional e internacional. Destaca el apoyo inicial de su esposa y de un empresario colombiano al que le guarda enorme aprecio, quien lo adoptó como un hijo y lo guio por el sendero automotor.
Evocando su infancia y su desarrollo como empresario, Ramiro Sucre considera que una de las grandes responsabilidades del hombre ACTUAL es fomentar los gustos y aficiones de los niños. “Nuestra filosofía implica que los más pequeños se acerquen a los carros, como yo mismo tuve la oportunidad de hacerlo gracias a mi padre y a sus amigos, para que sientan que sus sueños son tangibles”, declara.
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