Los duques de Sussex están en un momento muy complicado y es que, lejos ya del abrigo de la Familia real británica, tanto Meghan Markle como Harry han pasado por los juzgados esta semana. Mientras que Harry lo ha hecho en Londres en una querella colectiva contra el Daily Mail por supuestas escuchas ilegales, Meghan lo ha hecho en Estados Unidos por una demanda que su hermana Samantha la interpuso hace un tiempo.
La relación de Samantha con Meghan nunca ha sido cercana, pero al ver cómo su media hermana renegaba de ella, Samantha la arrinconó con una demanda en los juzgados: acusó a la Duquesa de difundir «mentiras manifiestamente falsas y maliciosas» durante su entrevista a Oprah Winfrey en 2021, donde Meghan mencionó que “no tenía relación alguna con su hermana, que eran prácticamente desconocidas”.
Samantha afirmó que todo lo que se dijo en aquella entrevista era una “gran mentira” que se había inventado Meghan con una finalidad: someterla a la «humillación, vergüenza y odio a escala mundial». También afirmó que el libro «Finding Freedom», escrito por periodistas afines a la pareja real, incluía “declaraciones falsas” sobre ella. Por todo ello le exigió a través de la demanda 70.000 dólares.
Afortunadamente, Meghan Markle puede respirar ya tranquila, pues la jueza de Florida Charlene Edwards Honeywell, que lleva el caso, ha archivado la demanda debido a que no se puede demostrar que las declaraciones vertidas por la esposa del príncipe Harry sean falsas, simplemente se trataban de sentimientos de su niñez, «una opinión sobre su infancia y su relación con su media hermana».
Concretamente, el texto difundido por medios de Estados Unidos reza que: «El tribunal determina que la declaración de la acusada no es objetivamente verificable ni está sujeta a pruebas empíricas. La demandante no puede refutar plausiblemente la opinión de la demandada sobre su propia infancia».
No es la primera rencilla entre las hermanas. Samantha, 17 años mayor, siempre ha tenido a Meghan en la mira mira y no se ha reservado sus sentimientos de aversión en entrevistas, cartas e incluso libros, donde tacha a la exactriz de “fría y calculadora”. Tal es su obsesión contra ella que, cuando Harry y Meghan todavía eran miembros de pleno derecho de la familia real británica, Scotland Yard la incluyó en su lista de “personas que vigilar”. Y, por supuesto, no estuvo invitada a la boda de los duques en Windsor en 2018.
De esta forma, la nuera del rey Carlos III de Inglaterra puede estar de celebración, ya que es un pequeño gran triunfo ante la familia de su padre, con quien la relación ha sido todo menos cordial desde que está bajo los reflectores que apuntan a la realeza británica.
Una noticia grata que se une además al premio por su podcast: “Gracias a la Fundación Alliance for Women in Media por este prestigioso honor. Este es un éxito compartido para mí y el equipo detrás de Archetypes, la mayoría de los cuales son mujeres, y las invitadas inspiradoras que se unieron a mí cada semana”, decía.
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