La Serrezuela
Un legado histórico y cultural que trasciende el tiempo
Hacia finales del siglo XIX, se inauguró la plaza de toros de Cartagena, sembrada de frente al esplendor del mar Caribe. Fue el epicentro de la actividad taurina y social regional por casi 100 años, hasta que la reconvirtieron en circo-teatro hacia 1970 y pasó a ser el escenario de, entre otros eventos, el Festival de Música del Caribe. Aunque en 1995 el edificio fue declarado Monumento Nacional, La Serrezuela cayó en el olvido hasta que Aaron Cohen y Roy Fernández acudieron a su rescate.
Una restitución patrimonial sin precedentes
La impresionante carga histórica de La Serrezuela no merecía perderse. Roy Fernández, quien tuvo la idea de recuperar este Bien de Interés Cultural Nacional para convertirlo en el hermoso centro comercial que es hoy, siempre tuvo clara esta responsabilidad. El diálogo y la sensibilidad fueron clave en este proceso. “Lo que hicimos en La Serrezuela fue una restitución, no una restauración”, explica Roy. “La antigua estructura, construida en madera de pino rojo canadiense, había cedido al paso del tiempo, así que no fue posible conservar los materiales originales salvo para algunos elementos decorativos que se utilizaron en el centro comercial”.
Respetando los planos originales rescatados de instituciones oficiales y bajo la supervisión del Ministerio de Cultura, se inició la transformación de La Serrezuela en el centro comercial más exclusivo de la Heroica. La ejecución del proyecto fue compleja desde el principio. Los lotes que conformaban la plaza pertenecían a distintas ramas familiares, y consolidar estas propiedades fue un reto logístico. Las restricciones normativas exigieron de los diseñadores una extraordinaria creatividad para respetar los lineamientos del Ministerio de Cultura. “El resultado no pudo ser mejor”, cuenta Roy. “La Serrezuela es la demostración de que la preservación patrimonial y el desarrollo económico pueden coexistir”.
Un escenario de oferta integral
Roy Fernández y su socio Aaron Cohen se esforzaron por diseñar, construir y promover un espacio integral que combinara comercio, cultura y recreación. En la actualidad, las tiendas de lujo más importantes del mundo tienen o buscan un lugar en La Serrezuela, y la exquisita oferta gastronómica sobresale por su alta calidad. El objetivo, como lo describe Fernández, fue crear “un motivo para que el visitante se quede un día más en Cartagena”, lo que le añade valor a la experiencia turística de la ciudad.
El rescate cultural también está presente en los eventos y actividades que han sido parte del legado de La Serrezuela. En diálogo con su época como circo-teatro, la nueva Serrezuela se ha convertido en epicentro de arte y entretenimiento gracias a que la infraestructura restituida busca continuar con esta tradición.
“Cuando trabajas desde el corazón, los resultados son diferentes. La Serrezuela no es solo un logro personal o empresarial. Lo vemos como un regalo para Cartagena, un espacio donde la historia y el futuro convergen”.
Roy Fernández
Roy Fernández: las recompensas de soñar en grande
Detrás del éxito de La Serrezuela existe un equipo amplio y multidisciplinar. Sin embargo, el primero en creer en las posibilidades de este sitio fue Roy Fernández, un hombre cuyas raíces están profundamente ancladas en la provincia colombiana. Nacido en Magangué, Bolívar, en una familia modesta con ascendencia italiana y española, Roy creció rodeado de una rica mezcla cultural que influyó en su perspectiva y estilo de vida. Desde joven, aprendió la importancia del detalle, la calidad y la visión global, valores que han guiado su trayectoria como empresario.
“Soy un hombre de provincia que aprendió a soñar en grande”, cuenta Roy, quien ha encontrado en su matrimonio un refugio de felicidad. Celebrando este año tres décadas de unión con Mónica Rhenals, Roy destaca que su más grande tesoro son su esposa y sus tres hijas. “La familia es mi mayor sustento. El respaldo que me brindan ha sido clave en éxitos como el de La Serrezuela”.
La Serrezuela, una nostálgica evocación
La Serrezuela, además de constituir un himno a la historia, ha generado una nueva dinámica económica y social en Cartagena. El centro comercial le devolvió la vida a un sector que antaño destilaba romanticismo entre el golpe de los cascos de los caballos sobre las calles empedradas y las miradas secretas escurriéndose detrás de los abanicos de mano. Roy Fernández resalta que el éxito del proyecto también ha radicado en su capacidad para adaptarse a las necesidades del mercado y las expectativas tanto de los cartageneros como de los turistas. “El centro comercial es hoy un referente”, afirma. La incorporación de marcas internacionales y la constante evolución de su oferta han posicionado a La Serrezuela como un destino autentico.