Por: John W. Archbold | Fotos: Daniella Murillo *Una producción exclusiva de La Revista Actual
Después de interpretar a las esposas de los dos cantantes más sobresalientes de la música del Caribe colombiano, Kimberly Reyes ha tomado un tiempo para darse lugar a sí misma. En muy poco tiempo, muchas cosas han cambiado en su vida, acaba de casarse, está de regreso en Barranquilla y se encuentra emprendiendo una serie de proyectos que la tienen muy emocionada.
En tu corta carrera como actriz has tenido participación en producciones que han cobrado gran éxito, y que, por supuesto, le han dado gran visibilidad a tu trabajo. ¿Cuál ha sido tu clave para estar en las posiciones y momentos profesionales más indicados?
Yo creo que es Dios quien nos coloca en el lugar indicado a la hora indicada; de nosotros depende el compromiso y la disciplina con que asumamos cada una de las oportunidades para hacernos prósperos en ellas.
Mary Luz Alonso y Patricia Acosta son las mujeres que inspiraron dos de los personajes que has interpretado. ¿Tuviste contacto con ellas en la vida real? ¿Cómo fue la preparación de estos personajes? ¿Cómo lograste que fueran distintos a pesar de sus similitudes?
Si, tuve contacto con ambas, mucho más con Patricia Acosta que con Mary Luz; la preparación de ambas fue muy similar. Traté de rodearme de personas que las conocieran y capturar lo más importante de la esencia de cada una. Si bien, se parecen en contexto, ambas son mujeres que manejaron de manera muy distinta sus hogares y sus vidas personales; creo que ahí radica la diferencia entre ellas.
Estas telenovelas recrearon la vida de dos leyendas que guardan una relación con la idiosincrasia y la cultura del Caribe, lo cual impactó hondamente a la audiencia. ¿También generaron un impacto similar para ti como persona?
Puedo decir que recibí mucha influencia de ambos ídolos de la música desde que era una niña. Mi padre sigue siendo gran admirador del Joe Arroyo y mi tío por parte de mamá (quien interpretó a «El Ñato» en Diomedes) es gran seguidor y fan de la música vallenata, en especial de Diomedes. De ellos recibí ese legado musical y las miles de historias que fueron ambientando cada uno de estos personajes.
¿Qué significa para ti ser barranquillera y cómo crees que esto ha influido en tu carrera?
¡Amo mi ciudad! Me encanta decir: «Soy barranquillera». Siento que me respalda el sabor, la calidez y la alegría de nuestra gente con esa expresión. A donde voy, trato de hacerle honor siempre a mi tierra y en mi carrera he utilizado todas esas cosas para enriquecer mis personajes y mi ambiente de trabajo.
Definitivamente las barranquilleras se están tomando el mundo. ¿Cuál será la razón?
Que somos unas bacanas, que no le tenemos miedo a nada y que definitivamente donde llegamos pisamos firme. Las mujeres son más bellas a mi parecer si se sienten seguras en su propia piel y la barranquillera tiene esa cualidad.
Te encuentras pasando una temporada en Barranquilla, la ciudad que te vio nacer. ¿A qué se debe esa grata sorpresa?
Estoy trabajando en la compañía desde acá. Hemos estado asistiendo a reuniones y todo el tema comercial que encierra rediseñar una marca. Ha sido un tiempo maravilloso cerca de mi familia y en una faceta distinta además
Recientemente sorprendiste a tus seguidores con tu matrimonio. ¿Cómo te trata la vida de casada?
¡Feliz! Aprendiendo todos los días de esta nueva experiencia. Ha sido una decisión maravillosa, creo que también a eso se debe que me noten distinta.
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