Después de muchos meses lejos de las cámaras y los paparazzi, Jennifer Lawrence volvió a caminar por las calles de Nueva York, en donde fue fotografiada junto a su marido, Cooke Maroney. Inmediatamente, las imágenes que llegaron a los medios despertaron rumores de embarazo y especulaciones sobre si la actriz está o no esperando su primer hijo.
Para hacerle frente al calor del verano, Jennifer se puso un vestido blanco que por momentos dejaba entrever una incipiente pancita, que indicaría que se encuentra en la dulce espera.
Durante el paseo, la joven de 30 años estuvo acompañada por su esposo, de 36, que se vistió a tono con los colores de su mujer, luciendo un pantalón beige y camiseta blanca. Los dos llevaban tapabocas, los cuales son de uso obligatorio en Nueva York.
Después de caminar un rato y parar en una farmacia, la pareja se dirigió al restaurante Raoul’s ubicado en el Soho, en donde cenaron junto a un amigo.
Lawrence y Maroney empezaron a salir hace aproximadamente dos años. En el verano de 2018 se les vio juntos en Roma y en París, así como en varios estrenos de cine. En febrero de 2019 se comprometieron y en mayo celebraron una gran fiesta de compromiso con familiares y amigos, como la actriz Emma Stone. El pasado septiembre varios testigos vieron a la pareja en un registro civil de Nueva York cargados de documentos y acompañados de un par de guardaespaldas y de un conocido fotógrafo.
La boda oficial se realizó en el mes de noviembre en una mansión de Rhode Island, Estados Unidos. Los flamantes esposos eligieron celebrar su amor en una fiesta relajada, con un menú sorpresa, y estuvieron acompañados de muchos famosos entre los que estuvieron Adele, Emma Stone, Ashley Olsen y Kris Jenner.
Aunque Lawrence es una de las mujeres más conocidas de Estados Unidos, el perfil de su pareja es mucho más discreto. Maroney es un joven y reconocido galerista que dirige una sala de arte en el Upper East Side de Nueva York.
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