Alejandra Guzmán, Chayanne, Shakira y Luis Miguel tienen algo más en común que la fama y la fortuna: su aparición en los Papeles de Pandora. Desde Beverly Hills y las zonas más exclusivas de Miami hasta despachos de abogados en Panamá y las Islas Vírgenes: la mayor filtración de documentos confidenciales que se ha publicado hasta la fecha pone al descubierto cómo algunas de las celebridades más conocidas de Latinoamérica recurrieron en los últimos 20 años a empresas opacas para comprar mansiones, registrar lujosos yates y gestionar ganancias millonarias. Todo en medio de la suave brisa del Caribe, donde reinan la confidencialidad y las maniobras financieras para eludir el pago de impuestos. En la investigación figuran también otros famosos que han amasado millones de seguidores en la región, como Julio Iglesias y Miguel Bosé.
Los Papeles de Pandora, un trabajo colaborativo en el que participa EL PAÍS y que coordina el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), consisten en más de 11,9 millones de documentos clasificados de 14 despachos legales repartidos en todo el planeta. La filtración abarca cinco décadas de registros, entre la década de los setenta y el año pasado, y permite reconstruir las operaciones financieras de políticos, multimillonarios, criminales y deportistas de élite en países y territorios que suelen ser considerados paraísos fiscales por la confidencialidad y los bajos impuestos que ofrecen al capital extranjero. El mundo del espectáculo no ha sido la excepción.
Alejandra Guzmán ha pasado toda su vida bajo los reflectores. Nacida en una familia de estrellas de cine y de rock, Guzmán ha sido blanco recurrente de los tabloides, la prensa rosa y los escándalos mediáticos: con adicciones a las drogas y al alcohol que amenazaron con hacer naufragar su carrera; cirugías estéticas que salieron mal y la llevaron a peregrinar por hospitales y quirófanos; pleitos por triángulos amorosos con otros artistas y parejas que acabaron en la cárcel por fraudes bancarios y narcotráfico, y dramas familiares que han desembocado en disputas legales. Más recientemente, Frida Sofía Moctezuma, hija de la intérprete, ha hecho pública una demanda contra su madre y su abuelo, el también cantante Enrique Guzmán, por abuso sexual, violencia familiar y corrupción de menores. Ambos han negado las acusaciones, pero la relación está rota, con Frida Sofía distanciada y viviendo sola en Miami.
Es precisamente en Miami donde los Papeles de Pandora señalan que Guzmán compró un inmueble de lujo a través de una empresa pantalla en las Islas Vírgenes Británicas, un territorio notorio por sus privilegios fiscales y su confidencialidad. Desde 2014, Alejandra Guzmán es la única accionista de Frida Enterprises Corp, una compañía creada allí a través del despacho panameño Alemán, Cordero, Galindo y Lee (Alcogal).
El apartamento de 184 metros cuadrados está en el condominio L’Excellence, con un valor que supera el millón de dólares en los listados de las inmobiliarias. El edificio es un desarrollo de lujo, enclavado en la avenida Collins, que ha sido conocida durante décadas como la calle de los millonarios o Millionaires’ Row, en inglés, con la bahía de Biscayne de un lado y el océano Atlántico del otro.
En 2018, la cantante mexicana abrió una empresa homónima en Florida, Frida Enterprises Inc., creada para adquirir un penthouse en el condominio Aria on the Bay, una torre residencial frente al mar de 53 pisos y con lotes ofrecidos entre los 400.000 y los 10 millones de dólares. La diferencia entre ambas compañías es que, en la de Islas Vírgenes Británicas, Guzmán no aparece en las versiones públicas del registro mercantil y se beneficia de una de las regulaciones fiscales más laxas del mundo. Aunque tener una sociedad offshore no es ilegal, en muchos casos su opacidad es campo fértil para evadir impuestos, prácticas tributarias abusivas e, incluso, el lavado de dinero. Los autores de esta investigación contactaron al equipo de prensa de la cantante para aclarar su papel en Frida Enterprises y si estaba al corriente de sus obligaciones fiscales, pero no quisieron hacer comentarios.
Chayanne es otro de los famosos que figura en la filtración. Élmer Figueroa, el nombre real del intérprete puertorriqueño, aparece como apoderado de Fentress International S.A., una sociedad panameña, de acuerdo con un documento de agosto de 2001. Para entonces, el artista ya había alcanzado fama internacional con canciones como Candela y Lo dejaría todo, así como con la telenovela argentina Provócame. El poder notarial le autorizaba para representar y cobrar a nombre de la compañía en cualquier parte del mundo, así como pedir préstamos y celebrar contratos hasta que fue disuelta en 2013.
En los archivos también hay documentos bancarios y comprobantes de domicilio ligados a Chayanne, aportados para la creación de una compañía en Florida, Eloisa Investments LLC, a través del despacho panameño OMC Group. Marina Elizabeth Figueroa, su esposa, es la accionista y directora. Anna Maronese, cuñada del artista y madre de la youtuber venezolano-estadounidense Lele Pons, también tiene el cargo de directora. Eloisa Investments es propietaria de un apartamento valorado en 500.000 dólares en las residencias del Hilton Grand Hotel en la Bahía Vizcaína de Miami. El artista puertorriqueño no respondió a múltiples peticiones para dar su versión de los hechos.
El cantante español Julio Iglesias también ha dejado su huella en el sector inmobiliario de Florida. El intérprete de Hey y Me olvidé de vivir ha llegado a invertir una fortuna que asciende a casi 112 millones de dólares (96.540.942 euros) en cinco propiedades en Indian Creek Island, una isla privada de Miami conocida como el búnker de los multimillonarios. Pero su nombre no aparece en el registro de la propiedad porque está oculto detrás de cinco sociedades registradas en las Islas Vírgenes Británicas.
En los Papeles de Pandora, Iglesias está ligado a 19 sociedades en ese archipiélago caribeño, tramitadas por el despacho Trident Trust, la mayor fuente de documentos de la filtración. Su pareja, la holandesa Miranda Rijnsburger, es directora en 15 de ellas, mientras que él es el único al frente de las otras cuatro. Además de sus cinco mansiones en el búnker de los multimillonarios, el artista tiene seis residencias más modestas en Miami, con un valor conjunto de cuatro millones de dólares. Iglesias, con una fortuna que ronda los 800 millones de dólares según Forbes (689 millones de euros), está en el grupo de los millonarios con mayor cantidad de empresas offshore en toda la filtración.
Russell L. King, un abogado de bienes raíces que asesoró a Iglesias, dice que para algunos residentes extranjeros en EE UU lo más preferible es acudir a este tipo de estructuras para evitar el cobro de hasta un 40% de impuestos a la herencia, entre otras ventajas legales. “Hay muchas situaciones en las que las empresas offshore (…) son la mejor opción para un cliente que no está intentando hacer nada inapropiado”, dice King y agrega que desde la publicación de los Papeles de Panamá muchas personas de alto perfil evitan este tipo de firmas por el “estigma”.
En 2016, cuando estalló el caso de los Papeles de Panamá, Bosé salió en defensa del país que lo había acogido durante los últimos meses. “No es la manera correcta en que se hable de Panamá ni de ningún otro país (…) esto tiene que acabar porque Panamá no es así”, dijo el cantante tras recibir un homenaje en el Festival Internacional de Cine del país centroamericano, aunque poco después matizó: “Son cosas que, por muy dolorosas que sean para un país, yo creo que tienen que salir”, señaló.
Cinco años más tarde, en el pronunciado y a menudo desconcertante ocaso de su carrera, Bosé acabó siendo uno de los señalados en los Papeles de Pandora. El cantante figura como único accionista de la sociedad panameña Dartley Finance S.A. desde agosto de 2016, en un trámite que solventó también el despacho Alcogal. La sociedad ya existía desde 2006 y fue abierta por la consultora Apex International Consulting, con sede principal en Suiza y que también tiene oficinas en el país centroamericano, desde donde se gestionó que el cantante apareciera como el dueño de Dartley Finance.
Hasta entonces había sido una compañía con acciones al portador, que favorecen el anonimato de quien las posee porque el nombre de los dueños no aparece en los títulos de propiedad ni se inscribe en ningún registro mercantil. Por estas razones, el uso de las acciones al portador está prohibido en países como Suiza o Reino Unido y algunas partes de EE UU. Gracias a los cambios en la regulación y a los documentos filtrados, ahora se sabe que Bosé tenía 10.000 acciones a su nombre.
En medio de un encarnizado pleito en los tribunales por la custodia de sus hijos y tras padecer severos problemas con las drogas, Bosé dejó Panamá y se mudó en septiembre de 2018 a México, dos meses después de aparecer en la lista de morosos del fisco español por una deuda de 1,8 millones de euros. Más recientemente, Bosé fue señalado por posturas que rayan en la conspiranoia sobre la covid-19 y el uso del cubrebocas. Los medios que colaboran con el ICIJ enviaron un cuestionario a Bosé sobre su participación en la empresa y los motivos por los que fue abierta Dartley Finance, un punto que tampoco queda claro en los papeles, pero su equipo no respondió.
Luis Miguel formó a mediados de 2013 una sociedad en las Islas Vírgenes Británicas para comprar el Sky, un lujoso yate de 25 metros de eslora. La embarcación fue adquirida a nombre de Skyfall Marine Ltd, en la que El Sol de México es el único accionista y su hermano, Alejandro Gallego Basteri, tiene el cargo de director.
A pesar de tener un amplio historial de problemas financieros y con la justicia, el equipo de Luis Miguel presentó cartas de recomendación fechadas en 2013 que acreditaban que el artista tenía una situación económica holgada, con un saldo promedio en su cuentas que se mantuvo en “las seis cifras” y que “nunca ha estado en la cárcel por ningún delito criminal o en bancarrota”. En 2017, Único, otro yate de Luis Miguel, fue embargado por deudas. Ese mismo año, el intérprete fue blanco de tres demandas distintas, por deudas que superaban los 11 millones de dólares (9.481.883 euros) en su conjunto. A pesar de que fue detenido por negarse a comparecer tres veces en uno de los casos, pudo llegar a distintos acuerdos para evitar pisar la cárcel.
El Sol de México, que se identificó como residente en Beverly Hills (California), vendió el barco el año pasado en una cifra que rondó los tres millones de dólares, según la prensa mexicana y estadounidense. Para noviembre de 2020, la empresa fue disuelta, según consta en el registro de la propiedad. Los autores de este reportaje buscaron a antiguos colaboradores de Luis Miguel, trabajadores de la producción de su serie de Netflix, empresas asociadas a la familia Gallego Basteri y mandaron un cuestionario a quienes gestionan las redes sociales del artista, pero no dieron su versión de los hechos.
Shakira es una de las clientas más notables del despacho panameño OMC. Las sociedades que el bufete gestionó son particularmente relevantes, porque la Agencia Tributaria española las considera partes fundamentales de la estructura con la que la cantante eludió impuestos en España. La artista figura como directora de tres empresas opacas tramitadas en las Islas Vírgenes Británicas entre 1999 y 2002: Light Productions Limited, Light Tours Limited y Titania Management Inc.
En los archivos filtrados constan los formularios con la información básica de las compañías, rellenados en abril de 2019. Según los representantes de la cantante, se trata del documento con los que se trasladaron las sociedades de OMC a TMS, otro proveedor de servicios offshore. Este despacho se encargó de disolverlas, han asegurado después de que se hicieran públicas las primeras revelaciones de los Papeles de Pandora, publicadas el domingo pasado.
Las tres sociedades ya habían sido rastreadas por las autoridades de la Inspección de Hacienda en España, que acusa a la cantante de defraudar 14,5 millones de euros en impuestos. Alrededor de 30 compañías relacionadas con la cantante han estado bajo el escrutinio de la Agencia Tributaria y Light Productions es clave en la investigación, al estar ligada al manejo de sus ganancias, según una fuente consultada por EL PAÍS.
Shakira ya pagó más de 20 millones de euros de forma extraordinaria para tratar de regularizar su situación. En el litigio, que se ha extendido al menos tres años, las autoridades argumentan que Shakira Isabel Mebarak Ripoll, su nombre real, ha residido en España desde 2012, aunque su equipo legal defiende que su presencia en el país fue “esporádica” hasta 2015 y que su domicilio estaba en Bahamas, donde tiene una propiedad, por lo que, asegura, no estaba obligada a pagar impuestos sobre la renta a las autoridades españolas. “El hecho de contar con sociedades en el extranjero se basa en una cuestión puramente operativa y comercial y en ningún caso para disfrutar de ventaja o aprovechamiento fiscal alguno”, defiende el equipo legal de la cantante colombiana.
Los Papeles de Pandora, un trabajo colaborativo de más de 600 periodistas internacionales de 117 países, revelan que las celebridades que gestionan sus fortunas a través de sociedades offshore, en el punto de mira por su uso frecuente para la ingeniería fiscal y por ocultar el rastro del dinero de quienes las tienen, se cuentan por decenas en todo el mundo. Estrellas como Elton John, Ringo Starr y la supermodelo Claudia Schiffer también aparecen en la investigación, la mayor filtración de documentos financieros confidenciales que se ha publicado hasta la fecha. Tras las bambalinas, las próximas pistas para conocer las facetas menos conocidas de las personas más famosas del planeta probablemente estén guardadas en un cajón de un despacho panameño, escondidas en un buzón postal en el Caribe o, literalmente, a miles de kilómetros de los escenarios.
Fuente: El País.
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