Hace apenas un mes, Kim Kardashian y Kanye West ponían fin legalmente a siete años de matrimonio. La expareja llegó a un acuerdo sobre la custodia de los cuatro hijos que comparten y sobre sus propiedades.
La influencer y empresaria no habló entonces de la separación, pero lo ha hecho ahora en el podcast Angie Martinez IRL de la CNN emitido este lunes 26 de diciembre, en el que lamenta lo “complicada” que es la crianza compartida junto al rapero. “La copaternidad es jodidamente difícil”, explicó Kardashian mientras lloraba al sincerarse sobre su relación con el rapero.
West, que fue diagnosticado como bipolar hace varios años, lleva meses en el centro de la polémica por sus comentarios racistas y antisemitas, que le han costado acuerdos comerciales y creativos con marcas internacionales como Adidas o Balenciaga.
A pesar de todo, la empresaria se ha negado a contarles a sus cuatro hijos, North, de 9 años, Saint, de 7, Chicago, de 4 y Psalm, de 3, las polémicas en las que se ve envuelto su padre: “Si no saben las cosas que se dicen, ¿por qué les iba a contagiar esa energía negativa? Es una mierda de adultos con la que no están preparados para lidiar. Cuando lo estén, tendremos una conversación. Algún día, mis hijos me agradecerán el sentarme aquí y no atacar a su padre cuando pude”.
Kardashian ha confesado que hubo momentos en los que protegió a su exmarido y que, a ojos de sus hijos, lo seguirá haciendo: “Mis hijos no saben nada de lo que sucede en el exterior”.
Hasta tal punto llega el nivel de protección, que la influencer limita el acceso a la televisión, las redes sociales e incluso habla con los profesores de sus hijos en el colegio. “Estoy aferrada a un hilo y sé que en cualquier momento se va a romper. Pero mientras siga siendo así, los protegeré hasta el fin durante todo el tiempo que pueda”.
Aunque es imposible borrar la huella de todo lo que ha publicado West en sus redes sociales de manera pública, que ha acabado con la suspensión de su cuenta de Twitter tras publicar una esvástica y alagar a Hitler, la empresaria quiere que sus hijos crezcan con la compañía del mejor padre, como lo hizo ella: “Tuve los mejores recuerdos y la mejor experiencia y esos es todo lo que quiero para mis hijos”.
Kardashian ha reconocido que sabe que llegará el momento en el que no pueda ocultar más los comentarios racistas de su exmarido, aunque reconoce que está “muy preparada”. Pero hasta que llegue el momento, sus hijos no escucharán una mala palabra hacia él. “Cuando vamos al colegio, ellos quieren escuchar música de su papá. Sin importar por lo que estamos pasando, tengo que tener una sonrisa en mi rostro, cantar junto a ellos y actuar como si nada estuviera mal. Tan pronto como los dejo en el colegio, lloro”.
La empresaria solicitó el divorcio en febrero de 2021, pero no fue hasta el pasado noviembre cuando se oficializó dicha separación después de varios intentos públicos fallidos por parte de West para recuperar a su exmujer.
La primera persona con la que Kardashian salió después de su ruptura con West fue el comediante Pete Davidson. Comenzaron a salir en octubre de 2021, pero en agosto la relación ya estaba rota. En los pocos meses que duró su noviazgo, West arremetió con frecuencia contra Davidson. Finalmente, en febrero, la influencer realizó una llamada de atención pública a su expareja para que dejase de escribir mensajes amenazantes contra él.
Tras estos sucesos, Kardashian ha expresado su preocupación en el podcast sobre sus futuros novios: “No creo que sea justo para mí poner a alguien en esta situación. Pero hay un lado de mí que dice: “¿Por qué tendría que vivir de esa manera?”.
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