Por Mayra Lucía Ríos Castro / directora@larevistaactual.com
Fotografía: Daniela Murillo
Maquillaje: Nidia F.
Peinado: Marlene Rodríguez
“Cuando la vida es la expresión del estado interior de felicidad, descubrimos unas reservas inmensas de poder en nosotros mismos” , Deepak Chopra.
Creo que todas las épocas tienen su belleza y su fascinación. Yo en este momento me siento en mi época dorada. Es un tiempo donde disfruto conmigo misma lo que soy y lo que me llega. Es la época donde toda respuesta me lleva al sí. Donde lo que fluye es lo mío. Lo que se estanca pasa y sigo mi camino mirando la luz queme guía a cada instante de mi existir. Es mágico lo que vivo, incluyendo los espacios en que me duele ver los procesos de vida de los seres que amo, comprendiendo que cada quien vive lo que le corresponde.
Hoy quiero recomendarte una película que me enganchó desde un principio, porque a pesar de tener sus partes tristes, tiene unos mensajes profundos que me confirman una vez más que la respuesta que necesito siempre está en mi interior. El comienzo de la película (‘Abigail y la ciudad fantástica’) es cuando la protagonista, una niña de 9 años, se encuentra perdida en un bosque lleno de árboles y su papá le dice: “Siempre que te encuentres perdida, mira hacia arriba, mira hacia el cielo y ve más allá de la estrella más lejana, profundiza tu mirada en su luz para que puedas ver el camino que debes tomar para encontrar la salida y llegar a tu destino”.
El resto de la película no te la quiero contar para que la busques y la veas. En ella encontré una demostración de que todo aquello que deseas lo puedes lograr. Que la guía Divina la tenemos a nuestra disposición, si dudas te pierdes, si crees lo lograrás. Todo aquello en lo que tú crees se vuelve tu realidad. El final es lo mejor, es donde Abigail encuentra su mayor aprendizaje y por consiguiente todos los que la vemos. Cuando te encuentras contigo mismo encuentras la salida y la solución.
Finalmente, mi sugerencia a ti que me lees es que estés claro en lo que quieres vivir y que lo vivas con gozo sabiendo que tú mismo lo creaste para ti. Que siempre estés atento a quién o dónde pones tu energía de vida. Porque a veces nos enfrascamos en algo que no fluye y nos quedamos enganchados ahí y no vemos más allá las posibilidades que el cielo nos presenta.
Mirando ese cielo, estamos celebrando un año de oro más de nuestra Barranquilla, ciudad fantástica, próspera y abundante de amor, de alegría y de ganas de crecer. Vivir en esta ciudad me da paz, me da plenitud y me conecta con mi ser. Y lo celebramos con maravillosas notas dedicadas a nuestra bella ciudad y a la mujer empoderada.