El príncipe Harry ya le está comenzando a inculcar a su hijo Archie Harrison el amor por el rugby, por lo que lo presentó durante una videollamada con miembros de la Rugby Football League.
Durante la charla, Ellery Hanley, quien es una leyenda en ese deporte, le preguntó a Harry cómo había disfrutado su tiempo en Estados Unidos, a lo que el él le respondió, «Me encanta. Es fantástico. Probablemente lo único que necesito son unas minipelotas de rugby que luego pueda involucrar a Archie en el juego. Porque en este momento, es imposible encontrar alguna».
El esposo de Meghan Markle, quien recientemente se mudó junto a su familia a una mansión que compró con sus propios recursos en Santa Bárbara, California, para tener una vida más privada y alejada de los paparazzi, comentó que afortunadamente tiene el espacio suficiente para poder jugar en casa, debido a la pandemia de COVID-19.
Los duques de Sussex pagaron US$14,650,000 por la residencia, que cuenta con 14,000 pies cuadrados y está sobre un terreno de 5 acres, por lo que Harry no miente sobre el espacio.
«Entonces, necesito jugar un poco de Rugby. Soy increíblemente afortunado y estoy agradecido de tener un espacio al aire libre y ver a mi hijo poder estar afuera porque sé que muchas personas simplemente no han tenido esa oportunidad en los últimos cinco meses», mencionó el príncipe.
Fue entonces cuando reveló el sobrenombre con el que llama a su hijo, «Nuestro ‘hombrecito’ es nuestra prioridad número uno, pero luego nuestro trabajo es la segunda prioridad y estamos haciendo todo lo posible para tratar de desempeñar nuestro papel en tratar de hacer del mundo un lugar mejor».
La pasión de Harry por el rugby no es algo nuevo, durante varios años acudió a los partidos de ese deporte, además de que es patrocinador de la Rugby Football League. El año pasado recibió una camiseta de regalo del Harlequins FC para Archie durante el evento Terrence Higgins Trust.
Además de compartir los detalles familiares, Harry celebró el aniversario 125 de la liga y jugó en varias rondas de trivias sobre ese deporte que es uno de los favoritos en Inglaterra.
Según reportó el diario The Sun, a Harry le había costado adaptarse a la vida de Estados Unidos, sin embargo, en su nueva casa ya se siente mejor gracias al grupo de trabajadores con el que cuenta.
El periódico británico asegura que la relación es tan buena que los empleados se burlan de Meghan por los gestos británicos que ya tiene y que aprendió durante su estancia de dos años en el Reino Unido.
«Su personal cree que es entretenido escuchar a una celebridad estadounidense usar modismos británicos, pues a menudo se la oye decir ‘Oh, dear’ para referirse a las personas que se encuentran en la casa. Se ríen y a veces hacen comentarios al respecto, pero solo de una manera alegre. Es divertido para ellos», dijo una fuente al citado medio.
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