Dra. Érika Ariza
La dermatóloga que se pone en la piel de sus pacientes
Esta joven médica barranquillera se destaca porque no hay área ni procedimiento que tenga que ver con la salud y la belleza de la piel de los que ella no se ocupe en su concurrido consultorio de la clínica Portoazul.
La doctora Érika Ariza tiene una piel muy sensible y por eso desde niña frecuentó como paciente los consultorios dermatológicos. Fue desde entonces cuando empezó a nacer en ella su interés por ese órgano complejo y maravilloso, el más grande que tenemos los seres humanos y que determina en alta medida nuestra apariencia: la piel. De ahí que, cuando apenas cursaba el segundo semestre de la carrera de Medicina, tuvo claro, y con absoluta certeza, que la disciplina en la cual se especializaría sería la dermatología.
A ella, en consecuencia, le resulta fácil hacer lo más elemental y esencial que se le puede pedir a un profesional de su área: ¡ponerse en la piel de sus pacientes! Ésa es la base moral de su éxito.
Todos los campos de la piel
En su consultorio ubicado en la clínica Portoazul, la doctora Érika ofrece servicios de dermatología clínica (que incluye la pediátrica), dermatología estética con énfasis en rejuvenecimiento facial, dermatología quirúrgica y tricología (cuidado capilar). Su reconocimiento y confiabilidad en estas cuatro áreas la han llevado a que hoy por hoy acudan a ella más de 20 pacientes diarios.
En el ámbito clínico, se ocupa del tratamiento de enfermedades inflamatorias, infecciosas y autoinmunes, siendo las más comunes el acné, el eccema, la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica, el liquen y la psoriasis, entre otras. “Son afecciones visibles que comprometen el aspecto de la persona y que, por lo tanto, afectan negativamente su estado psicológico”, explica la doctora.
En el campo estético, ella se centra en el rostro, el cuello y el escote, con procedimientos como el bótox, el ácido hialurónico y la aplicación de bioestimuladores de colágeno; en el caso de estos útimos, emplea dos técnicas, la hidroxiapatita de calcio (Radiesse) y el ácido poliláctico (Sculptra). Asimismo, utiliza la tecnología Ultraformer III, que permite destruir el tejido adiposo, esto es, la grasa, y estimular la producción de colágeno. “El resultado es muy bonito, pues reestructura el contorno del rostro”, asegura. “Como quien dice, vuelves a ser tú como eras hace cinco o diez años”.
En materia de dermatología quirúrgica, atiende anomalías que van desde quistes, lunares y lesiones cutáneas hasta carcinomas. Por último, como especialista en cuidado capilar, ofrece soluciones efectivas para la alopecia androgenética.
«La doctora Érika Ariza es una dermatóloga integral y ésa constituye la fortaleza que la distingue en el medio. Como resultado de eso, el espectro de sus pacientes es amplísimo».
Pacientes de todos los perfiles
Como puede verse, la doctora Érika Ariza es una dermatóloga integral y ésa constituye la fortaleza que la distingue en el medio. Como resultado de eso, el espectro de sus pacientes es amplísimo. “Yo recibo desde el niño de apenas dos días de nacido hasta la persona mayor que llega en silla de ruedas”, señala. Indica además que las consultas de índole clínica y de índola estética que atiende son cuantitativamente parejas.
Ella aspira a poder extender aún más la gama de sus servicios y procedimientos. De ahí que su meta a largo plazo es crear su propio centro dermatológico, que cuente con todos los espacios disponibles para ofrecer también terapias de relajación y tecnologías que ayuden a mejorar la calidad de vida.
Graduada de médica cirujana en la Universidad del Norte en 2014 y especializada en dermatología en 2021 en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud de Bogotá, la doctora Érika está casada y hace planes ya para tener su primer hijo. Sus días y ratos libres los comparte siempre con su esposo y su familia. Sus aficiones son leer y ver series de televisión.
La doctora Érika Ariza destaca que el procedimiento que, en cuanto a la dermatología estética se refiere, mayor demanda tiene en su consultorio es la aplicación de toxina botulínica (bótox). Señala que esta sustancia se emplea no sólo para corregir las arrugas ya formadas, sino para prevenir la formación de nuevas, lo cual se puede determinar por el tipo de piel. “En las pieles muy secas, es previsible que se sigan marcando las líneas de expresión, por lo que el bótox, aplicado oportunamente, puede evitar ese proceso”, dice.
Agrega que, al contrario de lo que se cree, las arrugas no son un problema exclusivo de las personas mayores, ya que se presenta también en las jóvenes, a partir de los 19 años. Ello se debe a la baja cantidad de fibroblastos, que son las células que producen colágeno y elastina, que a su vez son las proteínas que mantienen la piel firme y flexible.