Fotos: Mauro Tovar @maurotovarphotography
Para el doctor Jimmy Cure, fundar una familia –lo que implica por supuesto una relación conyugal y la subsecuente paternidad– siempre tuvo un valor tan crucial que antes de culminar sus estudios profesionales dio el paso decisivo en esa dirección: contrajo matrimonio con quien sería desde entonces la otra mitad de su vida: Cielo Chams.
La feliz unión tuvo lugar en 1973 y, al año siguiente, en 1974, él recibió el título de médico en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. “La profesión se puede desarrollar mejor en cuanto sea uno una persona más integral, con una buena familia como la que logré formar”, dice. Esa familia se completó a los pocos años con la llegada de sus dos bellas hijas, Luz Marina y Katherine.
En lo sucesivo y hasta el día de hoy, el doctor Cure ha sido muy consciente de que lo primordial en su vida son ellas: su esposa y sus hijas. “La profesión es importante, pero lo son aún más mi familia y todo el esfuerzo que invierto y seguiré invirtiendo en ella”, indica. “Eso me hace sentir mejor ser humano y es una gran motivación que repercute positivamente en mi rol de médico radiólogo”.
Asegura que dar y recibir mucho amor es el insumo necesario para una vida de éxito en lo laboral y económico. “El éxito debe ser primero lo que construyamos con nuestra pareja y nuestros hijos. El éxito económico se vuelve vacío cuando carece de lo otro”, precisa.
En el caso específico de su condición de padre, afirma que siempre se ha esmerado en crecer como tal. Añade que se considera “un padre siempre presente, democrático y amoroso”, que en todo momento escucha con suma atención lo que sus hijas quieran comunicarle, sin interrumpirlas cuando hablan.
Al doctor Jimmy Cure lo caracterizan y definen virtudes como las de ser bastante afectuoso, compasivo, colaborador, trabajador y dispuesto a servir. Tales cualidades no sólo las saca a relucir en su hogar y en el ámbito más amplio de la generalidad de su familia, sino también en su papel de médico, que ejerce a diario en su firma Radiólogos Asociados, en la Unidad Médica Villa Country, situada en la calle 78 # 57-215.
Su vocación por el noble arte hipocrático le llegó cuando cursaba cuarto año de bachillerato en el Colegio Alemán. Le atraían profundamente las clases de Anatomía y de Química. Así que un año después de recibirse de bachiller en 1967, se fue a estudiar Medicina a la Universidad Javeriana de Bogotá. Allí sintió especial interés por las imágenes de los pacientes y solía irse a profundizar sus conocimientos en esta rama particular, por fuera de sus clases, al Departamento de Radiología de la facultad. Revisaba con curiosidad de estudioso las placas. Conversaba mucho con el Dr. Antonio Latorre, su socio hoy día en Radiólogos Asociados, quien era profesor de Radiología en la misma universidad; ya por entonces acariciaban la idea de crear juntos una empresa dedicada a esta área de la salud.
En consecuencia con lo anterior, tras graduarse de médico, y luego de hacer el internado rotatorio en el Hospital de Barranquilla y el servicio social rural en Tubará, viajó a Estados Unidos en 1976 para cursar la especialización en Radiología. La realizó en forma meritoria en la Universidad de Miami. En 1980, regresó a Barranquilla y materializó de inmediato con el doctor Latorre el proyecto que habían contemplado en la capital de la República.
Radiólogos Asociados empezó sus actividades en la carrera 52 entre las calles 80 y 82 en el Centro Médico Washington, que compartían con otros especialistas, y que se habilitó en una casa típica de ese sector de la ciudad. Hacia 1983, se trasladaron a su sede actual en la Unidad Médica Villa Country.
Siempre, en cada período de estos 43 años, Radiólogos Asociados ha estado a la vanguardia tecnológica en materia de equipos de imágenes diagnósticas, debido a que la innovación permanente es uno de sus principios corporativos. En la actualidad, cubren un amplio portafolio de servicios con las avances de última generación, que incluyen la tecnología digital, en rayos X, tomografías, mamografías, ecografías y resonancia magnética, entre otras técnicas.
Su filosofía se fudamenta en centrar todos sus esfuerzos en el paciente, a quien atienden y sirven con calidad y calidez. De ahí que sean muy numerosas, y con un perfil socioeconómico variado, las personas que acuden día a día a sus instalaciones. En su mayoría son de Barranquilla, claro, pero también hay otras procedentes de varias ciudades de la Región Caribe, como Cartagena, Santa Marta y Valledupar.
Para todo padre, tener un hijo que termine convirtiéndose en su colega, en un par de su mismo nivel profesional resulta altamente satisfactorio. Y ése es el caso del doctor Cure, cuya hija Luz Marina heredó su pasión por la medicina y también, en particular, por la radiología.
En efecto, la doctora Luz Marina Cure, quien hace parte del ‘staff’ de facultativos de Radiólogos Asociados, es médica de la Universidad del Norte, y especializada en Radiología Diagnóstica en el Mount Sinai Medical Center, de Miami Beach, Florida. Cuenta además con un título en la subespecialidad de Imagen Oncológica Corporal, que cursó en el prestigioso MD Anderson Cáncer Center, de Houston, Texas.
“Luz Marina constituye un excelente aporte para nuestra empresa”, expresa el doctor Cure. “Ha fortalecido nuestro centro médico con sus conocimientos, su especial sensibilidad y su irrestricto compromiso con la calidad”.