Daniela Ospina Ramírez nació en Itagüí, Antioquia, el 22 de septiembre de 1992, siendo sus padres Hernán Ospina (†) y Lucía Ramírez. Si bien en un principio muchos la conocieron como la hermana de David Ospina, hoy arquero de la Selección Colombia, luego como la esposa de James Rodríguez, y como la madre de Salomé, Daniela se ha labrado por sí sola, un camino como figura pública.
Como buena paisa, ha demostrado tener gran habilidad para los negocios, pues ha sabido aprovechar su prestigio en el campo del deporte y el modelaje no sólo para crear su línea de ropa deportiva, sino para ser contratada por diversas marcas de moda y productos saludables como su embajadora oficial.
Hoy por hoy, con más de siete millones de seguidores en Instagram, sus contactos comerciales se extienden hasta México y al mercado hispanohablante de Estados Unidos, país en el que actualmente reside junto a su hija.
Si bien una primera impresión sobre Daniela incitaría a catalogarla como alguien demasiado serio en su trato, una vez se abre en confianza es imposible no percibir en ella a una mujer positiva ante la vida, y convencida de que todo lo que se hace con amor prospera.
Mediante una amena charla con Actual, Daniela habló sobre algunos aspectos de su vida, y se refirió a la manera en que las redes sociales le han abierto nuevos horizontes a nivel profesional y personal.
¿Quién maneja tus redes sociales?
Yo, la gran mayoría de las veces. Soy la encargada de mis redes en un 80 por ciento, pero también tengo muchas personas detrás porque al final hay temas muy puntuales de trabajo, en los que se necesita ayuda y orientación de profesionales.
Has logrado acumular un considerable número de seguidores. ¿Qué significado tiene esto para ti? ¿Cómo te sientes al respecto?
La verdad, nunca me imaginé llegar a un número tan alto de seguidores y menos continuar creciendo hasta convertirnos en una comunidad tan grande. Al final del día es el resultado de conectar con las personas y de levantarme cada mañana con el deseo de aportar algo, aunque sea a una sola persona de las muchas que me leen. Muchos piensan que soy parte de su motivación, pero siento que es lo contrario. Siempre que leo un mensaje en el que alguien me dice que con una frase o una historia pude ayudarle, surge en mí una necesidad enorme de seguir haciendo las cosas bien, y, sobre todo, de seguir compartiendo contenido que contribuya al bien de los demás, porque la vida es para ayudarnos entre todos.
Por otro lado, tener esta comunidad es realmente una responsabilidad muy grande, pues siento que los medios manejan demasiada información. Así que he decidido enfocarme en ver algunas situaciones que vivimos día a día, como oportunidades para cumplir nuestros sueños. Es cierto que todos pasamos a veces por circunstancias no tan buenas, pero todos tenemos una misión que vinimos a cumplir en este mundo.
¿Cuándo y cómo te diste cuenta de que las redes sociales podían constituirse en la plataforma indicada para desarrollar tu trabajo y tu carrera?
Nunca visualicé las redes sociales como una plataforma de trabajo. Siempre las vi de una manera divertida, un medio en donde conectaba y contaba una historia. Es cierto que con el paso del tiempo las redes se han convertido en una plataforma con la que he tenido la bendición de trabajar y de conectar con muchas personas. He podido entender su función, canalizar todo lo referente a ellas, y llegar a generar muchas y distintas oportunidades.
¿Alguna vez te imaginaste como ‘influencer’?
Para mí todo esto de las redes ha sido una novedad, y ciertamente no me imaginaba en el rol de “influencer”. Me ha tocado aprender bastante, y no puedo negar que me ha costado, pero a pesar de lo inexperta que todavía creo que soy en este mundo digital, sigo aprendiendo cada vez más cosas.
Yo siempre me visualicé más como deportista y emprendedora, pues esto de los medios no se me daba fácil. Pero al final le coges amor, y todo lo que se hace con amor próspera.
¿Cuáles han sido las mayores satisfacciones de tu trabajo con las redes?
La mayor satisfacción es leer cada comentario y ver cómo con cada historia que comparto, puedo cambiar vidas. A través de este medio he podido llegar con una palabra de fuerza a mujeres que se han sentido derrotadas y en algunos momentos sin autoestima… (continúa).