Au proviene del latín ‘aurum’, que significa “brillante amanecer”. Tiene una composición química bastante particular, por eso desde siempre el oro es el más común de los metales preciosos y tiene un alto valor comercial; aunque no se crea, es posible encontrarlo en porciones pequeñas en muchas partes de la naturaleza. En las grandes minas, por ejemplo, se cree que la concentración es de 1kg cada 334 toneladas.
El oro no es un elemento esencial para ningún ser vivo. Sin embargo, es la base para la producción de muchos de los elementos que usamos a diario. A diferencia del oro que todos conocemos, hay elementos que si son indispensables para la vida de todo ser humano, uno de ellos: la leche materna. Es vital al inicio de nuestra vida, pues cuenta con todos los nutrientes que los bebés necesitan para fortalecer su crecimiento, maduración y salud; además, así como el oro, ha pasado de generación en generación sin sufrir deterioro y, más que eso, ha permitido que evolucionemos hasta nuestra forma actual. Es por eso, que en RELIANZ promovemos la producción de oro líquido y exaltamos a sus gestoras fundamentales, nuestras mamás. Ellas no solo llevan nuestra sangre amarilla, color con el que conocemos el oro, sino que también la transmiten al futuro de nuestra organización y del país: los niños.
En RELIANZ, alineados con los avances de organizaciones que tienen como finalidad preservar la lactancia en todo el mundo, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los comités de Lactancia Materna de cada país, expresamos nuestro apoyo a la gestión de espacios que generen tranquilidad a las mujeres en su etapa de maternidad en todas las industrias del mundo.
Por y para ellas, NUESTRAS COLABORADORAS, el pasado 9 de octubre se llevó a cabo la inauguración de nuestra sala de lactancia RELIANZ, iniciativa impulsada por el programa RELIANZ WIN (Women Iniciative Network); un espacio que permite que el reintegro al trabajo después de tener un bebé sea más placentero, al permitir la oportunidad de seguir brindando a los pequeños el mejor alimento del mundo para ellos. Este proyecto busca contribuir a la economía del país al incentivar la fuerza laboral femenina y la maternidad, base de la sociedad, para que no sean dos roles incompatibles y esperamos que nuestra visión sea inspiración para muchas empresas, no solo del sector minero, sino de todo el país.
El compromiso con las necesidades de nuestros colaboradores, con su bienestar, fueron las bases para poner en marcha este proyecto. La Sala Amiga, como se conoce en el ámbito legal, se encuentra ubicada en el segundo piso de nuestras instalaciones en Soledad, Atlántico, y cumple con todos los requerimientos estipulados por ley, preservando los más mínimos detalles para que nuestras mamás siempre se sientan como en casa, recordándoles que pueden ser mamás y desenvolverse en la profesión que tanto les apasiona.
Con el desarrollo de esta sala buscamos promover la lactancia materna y la conexión que esta genera entre la madre y el bebé. Somos tu aliado minero, pero también tu aliado humano, por eso fomentamos la producción de “oro líquido”: la leche materna, y fortalecemos así el verdadero motor de la sociedad: nuestros niños.
¡En nuestra Sala de Lactancia, dejamos fluir amor del bueno!
También te puede interesar: Maná se corona en los Latin Grammy: “Hay que ser humilde incluso con premios”