Angie Cepeda es una de las actrices colombianas más sobresalientes en el exterior, conquistó el cine suramericano y español, y ahora por si fuera poco se prepara para hacer parte de la televisión estadounidense con “2091”, la nueva serie futurista de la cadena FOX que se estrena este mes.
Ella era una estudiante de mercadeo, pero de repente empezó a hacer trabajos de modelaje. En poco tiempo estaba actuando en novelas y no tardó mucho en llegar a las pantallas de cine. Su imagen se desbordó por todo el continente, cruzó el Atlántico y se afincó en la península ibérica. Apenas en el 2012 participó en su primera película en inglés y ya ha logrado su primer protagónico en una serie realizada por una de las cadenas más importantes de Estados Unidos.
Por estos días, Angie vive entre Los Ángeles y Madrid, trabajando sin parar en una serie de proyectos que ha preferido aún mantener en secreto. Sin embargo, en medio de su agitada agenda sacó unos cuantos minutos para compartir unas breves pero muy sentidas percepciones sobre su vida, su carrera y, por supuesto, este nuevo proyecto, del que desde ya podemos congratularnos y que sin duda alguna le deparará grandes éxitos.
Ya han pasado casi 18 años desde que Angie Cepeda dejó de ser una de las tantas estrellas de telenovelas nacionales para convertirse en una de las figuras representativas de Colombia internacionalmente. ¿Sientes que ese recorrido ha fraguado una persona distinta?
¡En 18 años ha pasado de todo! En esencia soy la misma, pero en muchos aspectos claramente he cambiado. Veo la vida de una forma diferente, tengo nuevas prioridades… Ahora tengo una nueva conexión conmigo misma, una más profunda y real.
Muchas personas creen que la vida se trata de tomar riesgos y tu carrera está basada en ellos. Dejaste la universidad para dedicarte a la actuación y luego escapaste del éxito nacional para enlistarte en la conquista de otras latitudes. ¿Qué te ha permitido ser tan osada?
Siempre he sido una persona curiosa, aventurera. Hay algo dentro de mí que me pide explorar, probar, intentar. Cuando siento miedo por algo, no permito que eso me bloquee, todo lo contrario. Hago el salto al vacío para ver qué pasa. Y en esta carrera, y en la vida en general, creo que es importante tomar riesgos, confiar, creer en uno mismo. Y no todo es color de rosa, pero hay que atreverse, si no, siempre te vas a quedar con la duda. Como dicen, la magia siempre ocurre fuera de la zona de confort.
El cine sin lugar a dudas se ha constituido en tu gran pasión. ¿Qué atractivo tiene para ti por encima del que pueden tener producciones para televisión?
El cine tiene una magia especial, los tiempos son distintos. Generalmente, todo va más lento cuando estás rodando. Sentarme enfrente de esa gran pantalla cuando todo termina es uno de mis grandes placeres.
El desnudo es un acto que tiene grandes implicaciones para el actor, la producción y especialmente la audiencia. ¿Cómo lo conceptualizas tú desde la ejecución?
No le doy tanta trascendencia. Para mí es un vestuario más del personaje.
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