Ha sido la primera vez en la que la fantástica estrella de la música daba un recital en directo después de seis años de ausencia sobre los escenarios, desde que en 2015 nos enamorara a todos con ‘Adele: Live in New York City’.
Ahora ha sido en unas circunstancias completamente distintas, retransmitido por ‘streaming’ de pago a través de CBS y Paramount+, bajo el título ‘Adele: One Night Only’ y en un entorno maravilloso, el del Observatorio Griffith de Los Ángeles, que sirvió de decorado fastuoso a unas canciones, las del álbum ’30’, que se interpretaban en directo por primera vez.
Entre las diez canciones que interpretó estaba ‘Easy on me’, el primer single de su cuarto álbum de estudio -que se lanzará mundialmente el próximo viernes 19 de noviembre-; pero también cantó ‘I Drink Wine’, ‘Hold On’, ‘Love is a game’ y alguno de sus grandes éxitos como ‘Hello’, ‘Skyfall’ o ‘Someone Like You’.
Adele además actuó frente a una audiencia repleta de estrellas, para sorpresa de todos los televidentes. Entre la exclusiva multitud en la impresionante locación de Los Ángeles estaban Leonardo DiCaprio, Selena Gomez, Lizzo, Melissa McCarthy, Ellen DeGeneres, Drake, Nicole Richie, Seth Rogan, Tyler Perry, Aaron Paul, Gayle King, James Corden, Donald Glover, Jesse Tyler Ferguson, Gordon Ramsay, Ava DuVernay y Tracee Ellis Ross, además de las parejas conformadas por Kris Jenner y Corey Gamble, Sarah Paulson y Holland Taylor, y Gabrielle Union y Dwyane Wade.
Pero si hubo un invitado especial para Adele en la gala, ese fue su hijo Angelo de nueve años, pues era la primera vez que su pequeño la veía actuar en concierto. «Es el absoluto honor de mi vida tenerte aquí esta noche, baby», agregó con una sonrisa.
Además del espectacular recital, la ganadora de 15 Grammys concedió una sincera entrevista a Oprah Winfrey, su primera en años, que solo se pudo ver en Estados Unidos y que fue emitida en horario de máxima audiencia. Las preguntas y las respuestas se fueron intercalando en la emisión, y habían sido grabadas en el mismo entorno donde Oprah entrevistó a Meghan Markle y el príncipe Harry.
La artista desveló muchos aspectos de su vida personal, como la manera en la que se derrumbó su matrimonio con Simon Konecki, de quien se separó en 2018. «He estado obsesionada con una familia estable toda mi vida porque nunca he venido de una», dijo la cantante, cuyo padre se fue de casa cuando ella tenía sólo dos años.
En el programa, Adele, de 33 años, se dio cuenta de sus problemas de pareja realizando un test en una revista. Al parecer, una de las preguntas era: «¿Qué es lo que nadie sabría de ti?». Adele soltó a sus amigos: «Realmente no soy feliz. No estoy viviendo, solo avanzando a duras penas». A partir de ahí, surgió la revolución dentro de sí.
La cantante reconoció sentirse avergonzada por el divorcio: «Me tomo el matrimonio muy en serio… y parece que ahora no lo hago», dijo, arrepentida. «Casi como si le hubiera faltado el respeto al casarme y luego divorciarme tan rápido. Estoy avergonzada porque fue muy rápido».
Adele, que vive enfrente de Konecki para facilitar la convivencia con su hijo Angelo, reconoce que su ex fue muy importante cuando se hizo famosa: «Podría haber seguido fácilmente algunos caminos dudosos y haberme autodestruido por estar tan abrumada por todo ello. Y él llegó y fue la persona más estable que había tenido en mi vida hasta ese momento. Incluso ahora le confío mi vida», explicó.
Hablando de su música, se sintió incapaz de revelar cuál es la fuente inspiradora de sus letras, pero sí explicó que suele hablar de su vida privada en ella para poder ayudar a la gente que esté pasando por lo mismo: «La música me ayuda en muchas situaciones, y me gustaría hacer lo mismo con la gente… que les recuerde que no están solos».
También salió a la luz en el especial de Oprah su transformación física, que le ha llevado a perder 45 kilos en los últimos tiempos, Adele la achacó a su ansiedad. «Tuve las crisis de ansiedad más aterradores después de dejar mi matrimonio», explicó. «Me paralizaban por completo y me confundían mucho porque no podía tener ningún control sobre mi cuerpo». Entonces notó que esa ansiedad se aliviaba en el gimnasio y empezó a ir todos los días: «Eso contribuyó mucho a que recuperara mi mente», dijo.
Sin embargo, reconoció que no a todos han gustado su pérdida de peso; que hay fans que se han sentido molestos. Pero sigue adelante: «No me escandaliza, ni siquiera me asusta, porque mi cuerpo ha sido objetivado durante toda mi carrera. O soy demasiado grande o demasiado pequeña, o estoy buena o no lo estoy. «Pero no es mi trabajo validar lo que la gente siente por su cuerpo. Me siento mal por haber hecho que alguien se sienta mal consigo mismo, pero ese no es mi trabajo. Estoy tratando de resolver mi propia vida. No puedo añadir otra preocupación», concluía la artista en la entrevista.
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