La ruptura de Camila Cabello y Shawn Mendes ha suscitado numerosas especulaciones en las redes sociales. Ambos cantantes anunciaron hace una semana a través de sus respectivas cuentas de Instagram que tomaban caminos distintos después de dos años de una relación y que, a pesar de todo, mantendrían su relación como amigos.
La protagonista de la última versión de Cenicienta ha decidido disipar las dudas de sus seguidores acerca de la razón que les ha llevado a tomar esta decisión.
Cabello, que comenzó su carrera en el grupo Fifth Harmony, del cual se alejó en 2016 para empezar sus primeros pasos en solitario, empezó a sentirse emocionalmente inestable antes del estallido de la pandemia, pero su problema se acentuó con el tiempo.
“Antes (de la pandemia) me sentía muy drenada. Había estado trabajando casi sin parar desde los 15 años”, se ha lamentado Cabello en el último episodio de Time to walk emitido por Apple TV hace un par de días.
“Casi no estaba en casa. No tenía tiempo para saber quién era yo fuera de mi carrera. Súmale a eso a mis batallas con la salud mental. Con esos niveles tóxicos de estrés ni siquiera sufrí un colapso porque, a pesar de todo, seguía trabajando”, ha añadido la cantante cubanoamericana de 24 años.
Ya en mayo de 2020 habló por primera vez de su salud mental y explicó públicamente en una entrevista en Wall Street Journal Magazine que padece trastorno obsesivo compulsivo a consecuencia de una fuerte ansiedad.
En esa misma entrevista ya admitió que le había costado mucho revelar su trastorno al mundo porque se sentía “muy avergonzada”. “La ansiedad y yo somos buenas amigas. La escucho, porque sé que solo está tratando de mantenerme a salvo, pero no le presto demasiada atención. Y no le dejo tomar ninguna decisión por mí”, reflexionó.
Por aquel entonces admitió que se sentía con fuerza y saludable; aceptaba sus problemas de salud mental y los sobrellevaba con éxito. Sin embargo, la aparición del coronavirus rompió con esa estabilidad.
La grabación de su última película, Cenicienta, se detuvo por un tiempo debido a las restricciones, obligando a Cabello a encerrarse en casa acompañada de Mendes. “Me sentía muy inestable durante la cuarentena. Rompía a llorar al menos una vez al día”, ha confesado, refiriéndose al impacto que supuso para ella pasar de no tener ni un solo descanso a dejar de trabajar abruptamente. La ausencia de distracciones hizo que su salud mental empeorara. “Me quedé sola con mi ansiedad y con mi mente. Eso estaba interfiriendo en mi relación”, ha revelado.
La compositora de Don’t go yet ha aseverado que esta dura etapa afectó también a sus relaciones familiares y sus amistades. “Estaba exhausta de muchas maneras, y en ese momento sentía que estaba corriendo una maratón con una pierna rota. Intenté seguir, pero era extremadamente difícil”, ha contado, tras asegurar que le habría gustado tener “la voluntad de parar y pedir ayuda”, animando después, en sus propias palabras, a buscar asistencia a todo aquel que necesite un impulso para mejorar su salud mental.
Esta situación le llevó finalmente a priorizar su bienestar. “He intentado diferentes tipos de terapia, meditación, ejercicio, cambié mi alimentación, y la manera en que organizaba mi tiempo para asegurarme de que había un balance”, ha señalado.
Cabello ha defendido así que necesita “tiempo para sí misma” y “sanar”, respondiendo a las dudas sobre su reciente separación.
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