La modelo caleña Elizabeth Loaiza denunció el sábado 23 de enero, a través de su perfil de Instagram, que fue víctima de extorsión y robo durante su más reciente viaje a La Guajira.
“Nos extorsionaron, nos estaban pidiendo que les dejáramos una moto que costaba 200 millones de pesos. En la noche no nos dejaron salir del hotel, prácticamente secuestrados”, contó la modelo, a quien en su video asumió como responsables a dos hermanos, Linny y Beiny Palacios Bernier, quienes llegaron a pedirle a ella y a sus acompañantes en una expedición organizada por Colombia Off Road, un carro y hasta 15 millones de pesos. “Terminamos entregándoles 6 millones de pesos en efectivo. La corregidora y la policía de la zona tuvieron conocimiento del caso, pero no hicieron nada”, añadió.
Sin embargo, la Alcaldía de Uribia, emitió un comunicado en donde explican que la modelo no informó correctamente sobre los hechos ocurridos.
En el informe, la Alcaldía asegura que en el lugar “se vulneraron los valores ancestrales y bajo el desconocimiento se le llamó extorsión a una de las leyes propias de los wayuu, tal cual como se señala en el sistema normativo de esa comunidad indígena, aplicado por el pütchipü’üi (persona encargada de mediar conflictos), y reconocido como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad ante la UNESCO”.
De acuerdo con la cultura wayuu, el Cabo de la Vela es llamado por todos los indígenas, tanto de Venezuela como de Colombia, como Jepirra; término que según sus conocimientos ancestrales se refiere al espacio sagrado donde los espíritus de sus difuntos llegan para pasar a lo desconocido. Este lugar es considerado donde el alma viaja después de la muerte, porque tiene un cielo de puertas abiertas, lleno de arena mágica del desierto que se une con el mar.
Ante la situación y el relato de Loaiza, la Administración local y la Secretaría de Asuntos Indígenas han rechazado “todo acto de xenofobia, discriminación, amenaza y violencia en plena defensa de los derechos humanos de la población wayuu. Y se repudia toda acción que atente en contra de la identidad, las tradiciones, los valores , la idiosincrasia, los lugares ancestrales y los usos y costumbres”, afirmaron.
De la misma forma, exponen que “se difiere de las declaraciones emitidas por la modelo, puesto que su versión no obedece a cómo ocurrieron los hechos, pero si proceden a un caos desinformativo que crea un imaginario errado del hombre y del pueblo wayuu, arremetiendo en su efecto contra todo un resguardo indígena y en consecuencia contra todo el municipio de Uribia como capital indígena de Colombia”.
El Comando de Policía de La Guajira, confirmó que los turistas se desplazaban con más de 60 vehículos 4×4 y un pequeño grupo en cuatrimotos, y que en el recorrido, “ingresaron a un sitio ancestral para las comunidades indígenas conocido como Ojo de Agua en el Cabo de la Vela”. Esta situación molestó a los nativos, quienes informaron al grupo “que no podían estar en ese lugar sin permiso de la autoridad indígena”.
Por su parte, la alcaldía local expresó en el comunicado, la necesidad de que Elizabeth Loaiza pida una disculpa pública por los agravios en contra del pueblo y del proyecto encaminado a potenciar el turismo en el territorio. Asimismo, según el portal Tuuputchika, el pago de los seis millones se dio por mutuo acuerdo y para reparar las faltas.
Mientras tanto, Loaiza a través de Instagram (su cuenta es ahora privada) afirmó en su declaración que un miembro de la etnia wayúu estaba protestando porque, al parecer, atravesaron su territorio, lo que le llevó a ocasionarle daños al vehículo y hasta a propinarle una pedrada en la cabeza a un fotógrafo, e incluso dijo haber enfrentamientos entre varios miembros de ambas partes, la situación no pasó a mayores en ese momento y todo el grupo pudo regresar al hotel, donde se produjo la supuesta extorsión a la modelo.
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