Una vez que pasa Navidad y la fiesta de Año Nuevo, prácticamente llega el momento de quitar los adornos navideños. Y eso ocurre en la mayoría de los hogares del mundo, a excepción de la casa de la reina Isabel II.
La monarca posee una casa de campo llamada Sandringham House, donde por tradición la Familia Real Británica pasa las fiestas de fin de año, a diferencia de este 2020, en el que está pasando la temporada en el castillo de Windsor. Pero a diferencia de otras casas, en ésta, la decoración navideña tiene un tiempo más largo de vida: se retira hasta el 6 de febrero, ni un día antes ni uno después.
Y no es que la realeza británica deje todo para último momento, más bien, esta decisión tiene una razón muy emotiva para la propia reina y tiene que ver con su papá, el fallecido rey Jorge VI.
Resulta que el padre de Isabel II murió justo el 6 de febrero de 1952 en Sandringham House. Por ello, la reina pasa cada 6 de febrero en esa casa y, en recuerdo de su padre, la mantiene decorada con motivos navideños.
Una vez que pasa el aniversario luctuoso del rey, Isabel regresa a Buckingham Palace, donde reside de manera regular y los adornos de Sandringham House se guardan para el próximo diciembre.
Además de Sandringham House, otras residencias de la reina, como el Palacio de Holyroodhouse (su residencia oficial en Escocia), el Castillo de Windsor y Buckingham Palace son decoradas para la época decembrina; se dice que incluso en este segundo lugar se colocan árboles de Navidad de más de 6 metros de alto. En cambio, en Sandrigham House las cosas son distintas, pues la monarca prefiere una decoración más sobria.
CATRIONA GRAY La ex Miss Universo comparte su propósito con Colombia