Hoy quiero contarles sobre la maravillosa y enriquecedora experiencia que viví con el taller que acabo de terminar “7 días para Aprender a Vivir en Pareja” dirigido y guiado por mi querida amiga Angie Carrillo Santis.
Me siento feliz con el trabajo interior que hice, con mis padres y con mis ancestros. Los ejercicios, meditaciones e información te llevan a hacer consciencia que eres el único responsable de ti mismo. Que nacemos con una infinidad de historias, eventos, uniones y des uniones, patrones inconscientes de pensamientos, gustos y sentires que nos hacen ser quienes somos. Y que ambos miembros de una relación de pareja, tienen una historia familiar, que cada quien debe revisar para sanar para que no se repita en su relación.
Debemos tener presente que todo aquello que no sanemos con nuestros padres, se seguirá repitiendo una y otra vez hasta que logremos hacer consciencia y lo sanemos. Todo aquello a lo que nos resistimos, persistirá.
Encontrarás una guía para que amplíes la mirada sobre ti mismo y todo aquello que traes contigo de tus ancestros y que, aunque no seas consciente lo llevas a vivir con tu pareja. Cuando alguien dice o hace algo que te molesta o te duele, lo tienes que asumir tú en tu interior, sin necesidad de buscar culpables fuera de ti. Hacernos cargo de nuestros asuntos y no cargar a otro con nuestros procesos emocionales, los cuales son necesarios para el desarrollo interior y evolución del que los vive, también hace parte del aprender a vivir en pareja.
Comprender que las mujeres y los hombres somos diferentes desde nuestra biología, hace más fácil caminar con tu pareja y tener una relación armónica, donde el amor fluya.
Amar es aceptar, respetar, comprender, asumir, valorar y dejar ser y no querer cambiar a quienes amamos. Saber decir lo siento cuando me equivoco, sentir y vivir en gratitud por lo que mi pareja aporta a mi crecimiento, hacen parte de la magia del amor.
Mi resumen de este taller, que recomiendo a todos los que me leen, tengan o no pareja en este instante, es que el trabajo lo haces en ti y no en el otro. Que cuando aprendes a ver la relación de tus padres y sus historias sin juicios, resuelves en tu corazón lo que no habías podido comprender de tu origen y esto hace que nazca en ti la benevolencia, que finalmente es lo que te llevará a vivir una relación de pareja sin conflictos, donde fluyan en armonía con el Universo.
Para terminar, quiero compartir contigo algo que complementa el taller de Aprender a Vivir en Pareja:
Hace referencia a que una relación está conformada por adultos y no por un “niño interior” que, por ejemplo, no puede vivir sin sus padres. De este modo, la clave está en pensar que sin tu pareja también te iría bien, pero que con ella el viaje puede ser más bonito.
Cuando eliges a una persona, a pesar de que tenga aspectos que no te gusten, esto significa la oportunidad para desarrollar la compasión hacia el otro o reorientarte en otra dirección. Es bonito cuando uno decide amar nuestras sombras y nosotros decidimos amar las sombras de otras personas.
Muchas veces, la sociedad ha instaurado la idea de que solo seremos felices cuando estemos en pareja. Pero esto es completamente falso. Se puede ser feliz en pareja, pero la pareja no da la felicidad. En realidad, hay que trabajar algunos aspectos. Lo que se ve en las parejas a las que les va muy bien, es que tienen una grandeza de corazón que va más allá del estricto egoísmo y en ellas hay una generosidad espontánea, no prefabricada, donde uno desea que el otro esté bien y ese deseo es espontáneo. Ahí hay una grandeza de amor y si ese ingrediente está presente en una pareja, es probable que estén bien y felices.
Muchas personas dicen que quieren encontrar pareja, pero lo que en realidad deberían hacer, es prepararse para ser pareja de otra persona. En este plano, para comenzar una nueva historia es fundamental el análisis personal y la resolución de temas pendientes con exparejas.
Esta regla indica que conviene mantener la igualdad de rango. En otras palabras, aquello que te permita estar ni mejor, ni peor, ni por encima, ni por debajo, sino igual a tu pareja. Es importante mantener un equilibrio entre lo que las personas dan y lo que reciben.
Al igual que en el punto anterior, esta sexta regla hace referencia a que, si alguien lo pide todo o entrega demasiado, se romperá el equilibrio en la pareja. Uno tiene que dar lo que el otro puede recibir, sin crear un conflicto o una desigualdad.
Cuando en una relación amorosa hay más alegría que tristeza o más facilidades que problemas, se trata de un vínculo cómodo y sencillo. No obstante, si la relación está dirigida por un “niño interior” que quiere manipular la realidad, esto puede dar lugar a grandes estallidos o turbulencias emocionales.
Hace referencia a lo maravilloso que es cuando en una relación hay cooperación, se forma un equipo y ambos miran en una misma dirección. Una de las grandes guerras que existen en el mundo, es la que se genera en el seno de las familias, sobre todo entre hombres y mujeres.
“Juntos” es la palabra clave en una pareja. Cuando la relación enfrenta episodios traumáticos o dolorosos, puede que se separen, ya que no han sido capaces de apoyarse.
Es cierto que, como pareja, hay que tener la intención de perpetuación de un estado de acompañamiento y que eso da fuerza a la relación. Sin embargo, también se debe considerar que las relaciones se rigen por la impermanencia y la incertidumbre.
Si se está más atado a la madre o al padre que a la pareja, no se ha aterrizado como adulto o persona sobre las prioridades en la relación.
Para entender la necesidad de reconocer cada día a tu pareja, hay que elegir si queremos relacionarnos con la imagen que nos hicimos en la cabeza, o si queremos estar realmente con esa persona. La pareja no es un dibujo, sino una película, está en constante movimiento.
La herencia de mi abuela materna