Mucho se habla sobre los cambios que el deporte puede hacer en tu cuerpo, algunos de ellos visibles, como la tonificación o la pérdida de grasa, y otros no tan evidentes pero igual o más importantes. Deporte es salud y mantener una rutina de actividad física regular es una llave preventiva vital para hacer frente a enfermedades. Aunque el principio puedas sentir fatiga y agotamiento muscular, pronto experimentas sensaciones positivas que te llenan de energía y te incitan a continuar con el reto. Tus músculos se activan, así como la circulación y oxigenación, y segregas hormonas que te hacen sentir bien.
Y al igual que tu cuerpo reacciona ante el ejercicio, también lo hace cuando lo dejas de lado, como, por ejemplo, puede suceder en vacaciones. Si estas han sido cortas y has mantenido cierta rutina de movimiento, apenas notarás el paréntesis. Eso sí, será recomendable que lo retomes paulatinamente, subiendo de intensidad poco a poco hasta recuperar ese punto en el que lo dejaste. En una semana tu capacidad aeróbica ya habrá disminuido y tus músculos habrán comenzado a descansar, lo que puede hacerte sentir un poco más débil. Pero nada que no puedas frenar sin problema.
Con dos semanas de parón ya habrás perdido la rutina y se notará en tu capacidad cardiaca, puede que, incluso, lo notes hasta al subir unas escaleras. Tus músculos comienzan a perder fuerza y tejido, a la vez que las células grasas van ganando terreno. Cuida tu alimentación y retoma poco a poco, combinando rutinas de cardio con ejercicios de fuerza para recuperar el tono muscular.
Todo se habrá acelerado y a los efectos físicos habrá que sumar las consecuencias del parón en otros factores como, por ejemplo, el sueño. Te costará más dormir y puede que estés más nerviosa y estresada. La pérdida de masa muscular será evidente y habrás reducido tu capacidad flexible. Si sobrepasas el mes de inactividad tu metabolismo se habrá ralentizado, es decir, que quemarás muchas menos calorías. Si además estás manteniendo la misma alimentación que cuando practicabas deporte, seguramente hayas ganado volumen porque tu cuerpo no está quemando lo que ingiere.
Según un estudio del Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos realizado por Tech Insider, bastan solo 2 meses para que la falta de ese cuidado físico se note en el funcionamiento de nuestro organismo. Ya no solo en la forma física sino en el motor interno de nuestro cuerpo. Habremos perdido los beneficios y si llegamos al año ya se habla de una persona sedentaria, con un consecuente mayor riesgo de colesterol, insomnio, diabetes y obesidad, entre otras patologías asociadas a estilos de vida poco saludables.
Claro está que, como con todo, cuanto más tiempo pase más difícil será volver a la rutina. Dependerá de tu forma física, del compromiso que tuvieras, el tipo de deporte que practicaras o el número de entrenamientos. Y, por supuesto, del tiempo de abandono. El primer mes será recuperable rápidamente, con mayor o menor esfuerzo, pero a más meses más pereza. Para volver a activarte lo importante es librar una batalla contra el peor de los enemigos, que es nuestra propia mente. Vencer la desidia y tirar de fuerza de voluntad, escogiendo actividades que realmente te diviertan porque, de no ser así, la tasa de un nuevo abandono sube exponencialmente.
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