Por Jocelyn González
¿Cómo has llevado la cuarentena en casa junto a tus hijos y tu esposo Alfredo?
La cuarentena la hemos vivido con mucha calma y acatando las normas del Gobierno Nacional. Hemos aprovechado este tiempo para disfrutar mucho los momentos en familia, para compartir con los niños todos los espacios del día, para organizar la casa, idearnos actividades diferentes y fortalecer nuestra unión.
¿Cómo ha sido el tema de la educación en casa con tus hijos?
Gracias a Dios los niños han podido continuar sus estudios de manera virtual; el colegio ha sido un gran apoyo para nosotros en estos momentos. De lunes a viernes les hemos organizado su rutina: se despiertan, desayunan, se bañan y se alistan para atender sus clases toda la mañana, y estamos pendientes de apoyarlos en lo que necesiten. Han venido adaptándose positivamente a este nuevo estilo de vida.
Han tenido que celebrar el cumpleaños de tu hijo Alfredo en medio de este aislamiento. ¿Qué consejo les das a los padres de familia para que puedan llevar momentos de diversión y alegría a sus hijos, a pesar de las circunstancias?
Estos tiempos nos ha recordado especialmente que en lo esencial encontramos la felicidad, en las pequeñas cosas y detalles de la vida, está la verdadera alegría. Por eso la celebración de mi hijo en casa fue muy especial. Días antes Alfredo y yo empezamos a pensar en ideas de cómo hacerlo pasar un gran día, sobre todo porque, independientemente de la pandemia, Alfre ha pasado un año difícil con complicaciones de salud. Llegó el día y desde temprano lo sorprendimos con el desayuno de su preferencia y una sencilla decoración que hicimos con lo que teníamos en casa. Le conseguí vídeos de sus amigos y familiares, los uní y en otro momento del día se los mostré. Al mediodía le decoramos la mesa y almorzamos juntos su menú favorito. Luego le dimos un regalo hecho en casa, una caja que se me ocurrió para meterle varios detalles y entre Alfredo papá y yo, la hicimos con mucho amor. Esta caja le encantó a mi hijo Alfre y dijo que todos los años quería una celebración igual. Lo que nos confirma que debemos volver a lo esencial, que solo basta ponerle amor a lo que hacemos y disfrutar cada momento. El resto del día llegaron muchos regalos inesperados, empezando por todos los artículos personalizados ya listos para organizarle una linda celebración; también llegó el pudín, dulces y muchos detalles que jamás imaginamos y nos demostraron la solidaridad y el cariño de las personas que nos quieren.
Dios juega un papel central en tu vida. Desde sus misterios, ¿cómo interpretas todo esto que está sucediendo a nivel mundial con la pandemia?
Lo veo como un tiempo para detenernos, para hacer un pare en el camino y revisar qué estamos haciendo bien y qué estamos haciendo mal. Un momento para reflexionar acerca de nuestras prioridades. Pienso que nuestro planeta nos ha venido alertando de diferentes formas acerca de la manera como estamos viviendo y no hemos sido conscientes que debemos cambiar.
Por eso ahora siento que Dios nos está invitando a volver a Él de todo corazón, a poner nuestra mirada fija en lo verdaderamente importante.
¿Qué aprendizaje te está dejando toda esta situación?
Son muchas las enseñanzas que nos deja esta pandemia:
¿Cuál es tu mayor deseo en estos momentos?
Mi mayor deseo es que termine esta pandemia que nos está afecta a nivel mundial. Es muy triste ver tanto sufrimiento de millones de personas contagiadas batallando contra la enfermedad, y más doloroso aún ver cómo mueren tantas personas diariamente a raíz del covid-19, cómo otros sufren la partida de un ser querido sin poder despedirlos y darles un último adiós, hay quienes no pueden salir a la calle a conseguir el sustento de cada día, la escasez de alimentos atormenta muchos hogares, hay miedo, incertidumbre, muchos se sienten solos, desesperados, sin saber qué rumbo tomará su vida. La economía está detenida. En fin, nos agarró por sorpresa esta pandemia que ha detenido al mundo, pero está dejando huella en la vida de cada uno, y mi gran anhelo es que después de todo esto, no solo podamos abrazarnos, juntarnos y celebrar que estamos vivos, sino que además podamos ser mejores personas, y seamos conscientes de poner a Dios en primer lugar, porque lo demás viene por añadidura.