Por Francesca Mancini Posada, psicóloga clínica
La mayoría de las mujeres embarazadas y madres, refieren la incertidumbre como el sentimiento más común durante la cuarentena. El no saber qué va a pasar ni cómo va a pasar, lo cual es algo que nos preguntamos todos diariamente.
La mayoría de las encuestadas no refieren tener mucha angustia frente a contagiar a su bebé, pues la Organización Mundial de Salud y diversas investigaciones, han indicado que no existe transmisión vertical, lo cual es una excelente noticia y como ésta, estoy segura, vendrán más.
No es tiempo de minimizar nada en lo absoluto, pues hay quienes tienen la ventaja de tenerlo todo durante esta cuarentena, incluyendo el tiempo para estar con sus hijos, mientras hay quienes no saben ya, que más inventar ni cómo hacer para sobrevivir ya que no cuentan con ayuda.
Existen madres cuya preocupación se dirige hacia el día del parto, el cual ya de por sí es algo que inquieta y que va acompañado de incertidumbre, teniendo en cuenta el riesgo de contagio en el hospital.
Hay otras mujeres que han decidido no acudir a los controles prenatales por miedo a contagiarse, mientras que otras, no se lo pierden por nada del mundo y toman todas las medidas de precaución.
Algunas mamás se han frustrado porque ven en las redes a las demás creando las mejores actividades para sus hijos, trabajando y atendiendo las necesidades de todos los integrantes de la familia, empezando por la alimentación.
Como podemos ver, cada mujer y cada caso es distinto. Cada una tiene sus necesidades, su personalidad y su identidad, lo cual también se complementa con su realidad. Sin embargo, sea cual sea ésta, todas comparten un mismo miedo, una misma frustración y una misma incertidumbre.
Hoy las quiero invitar a reflexionar sobre varios puntos. Lo primero es que ni el cuerpo ni la mente están preparados para ser los mejores en absolutamente todo. Busquen lo que les haga feliz, lo que les traiga paz, lo que disfruten y en lo que sobresalgan, recuerden que somos perfectamente imperfectas.
Existen varias piedras en este camino que se deben esquivar para llegar a la meta que, en estos momentos para las mujeres embarazadas, muy seguramente es conseguir esa nueva identidad tan anhelada, trayendo al mundo a su bebé sano y salvo, y para las madres, guiar el proceso de aprendizaje y desarrollo de sus hijos, sin perder el suyo propio.
El dolor de no contar con el apoyo físico de la familia es real. También es temeroso tener que enfrentarlo sola. Es natural que existan problemas de sueño no únicamente por los golpes del pequeño sino por la incertidumbre, y claro que la ansiedad puede aumentar, sumado al hecho de que la información es tan escasa como lo son los tapabocas.
Sin embargo, las quiero invitar a aplicar la flexibilidad, algo que cuesta tanto en un mundo donde se tiende a tener, o a creer que se tiene, el control sobre las cosas. Es momento para soltar, para estar dispuestas a todo y ser consientes de que el escenario que tenían en mente puede cambiar y no por eso tiene que ser negativo.
Si por ejemplo no han podido comprar todas las cosas para el cuarto de su bebé, esto no significa que no lo podrán hacer, sino que tendrán que cambiar de idea y desarrollar una nueva, que puede incluso, ser mejor que la anterior. Recuerden que los cambios siempre traen aprendizaje y las puede ayudar a desarrollar la creatividad.
Es momento de realizar las consultas necesarias con los doctores por medio de las nuevas tecnologías que, aunque sé que puede resultar incómodo y que no sería su primera opción en el mundo que conocíamos, es la nueva forma de adaptación la cual tiene, por lo pronto, excelentes resultados.
No me voy a detener en los cuidados físicos propuestos por las entidades de salud, pues la mayoría de los artículos que he leído les indican cómo, pero sí les quiero recalcar que no es suficiente con fortalecer al máximo su sistema inmunitario, sino que es momento para prestar atención a su salud mental, la cual se puede ver amenazada por la situación.
Es momento para dar a conocer sus dudas, sus inquietudes, sus miedos y no restarle importancia. Es momento para fortalecer más que nunca su red de apoyo, esa que, a través de una, o varias, video llamadas, conocerá a su chiquitín o chiquitina una vez llegue a este mundo. Es momento de dedicarle tiempo a su ser y a esa nueva identidad que emana de su vientre, dejado el temor de pedir ayuda a un lado.
Es momento de ser flexibles al cambio, recuerden que la mente humana es moldeable y puede adaptarse a cualquier escenario por más difícil que este parezca. No olviden que ustedes y sus hijos harán parte de esta gran transformación y que el aprendizaje de la pausa de hoy será el gran cimiento para la edificación del sueño de mañana.