Rafael, siempre había anhelado tener un restaurante y tenía claro que la principal materia prima debía ser los productos que tenía en sus manos: pescados y mariscos para ofrecer la mejor calidad.
Por esta razón tomó la decisión en compañía de su esposa Martha Rebolledo de viajar a Perú para conocer de primera mano su cultura y principalmente sus sabores. Recorrieron desde los mejores y más reconocidos restaurantes hasta las plazas de mercado donde saborearon cebiches frescos y degustaron platos en huariques (restaurantes poco conocidos de comida tradicional peruana). Tras un análisis e investigación.
Identificaron que era la comida de las costas de Perú aquella con la que podrían brindar una oferta gastronómica de alta calidad, pues la cocina de esta región del vecino país se basa en su gran variedad y calidad de pescados y mariscos.
Allí también hicieron alianzas con proveedores de materia prima local, como ajíes, maíces, tubérculos y especias, para que no faltara ningún insumo clave de la cocina peruana.
El restaurante abrió sus puertas hace tres años en la ciudad de Barranquilla y hoy se renueva para ofrecer a sus clientes una experiencia gastronómica inigualable, consolidándose como un referente de la cocina peruana fusión.
La magia que se degusta en cada uno de sus platos se reduce a tres factores: materia prima de alta calidad, sazón y conocimiento auténticamente peruanos, y corazón, razones de sobra para darle una probada a esta magnífica propuesta culinaria.
Los pescados y mariscos, materia prima indispensable en la cocina peruana y los cuales son suministrados por Castromar Alimentos, empresa con más de 20 años de experiencia en el sector, le ha permitido a su propietario, Rafael Castro, llevar a los comensales de Máncora la más alta calidad en los más frescos productos del mar.
Convirtiéndose éste en el trampolín perfecto para lanzar al mercado esta propuesta gastronómica llena de excelencia y autenticidad, y es esa misma cultura de utilización de productos siempre frescos, la que incentiva en aquellos a quienes provee sus productos.
En el restaurante siempre tienen algo nuevo que ofrecer. No se cierran a conceptos ni platillos estáticos; por el contrario, están siempre abiertos a nuevas propuestas, pues el proceso creativo ocupa un lugar de suma importancia para su chef y Rafael, quienes constantemente juegan con nuevas ideas y productos para llevar a los clientes nuevas experiencias y sabores.
Diariamente y dependiendo de la pesca del día, ofrecen a los comensales el recomendado del chef, creado a partir de esa materia prima fresca que reciben cada mañana en su puerta.
El amor con el que ejecutan el trabajo en Máncora Cocina Fusión y la pasión que le imprimen, hacen la diferencia. “Máncora, el restaurante que soñé, sería aquel donde la materia prima fuese pescados y mariscos recibidos cada mañana de ese pescador artesanal.
Un lugar en el cual el cliente pudiera ver en crudo el producto antes de ser preparado para que tuviera total confianza en lo que llevaríamos a su mesa. Hoy ese sueño es una realidad”, expresa Rafael Castro, propietario Máncora Cocina Fusión.