La firma de origen japonés Kenzo cerró hoy la semana de la moda de hombre con su primer desfile mixto en una propuesta invernal cargada de estampados gráficos y colores vivos, tanto para hombre como para mujer.
Kenzo no ha sido la única marca en combinar las colecciones de hombre y mujer en una sola pasarela, pero sí la más destacada por haber hecho la mayor apuesta: nada de medias tintas, a partir de ahora solo harán dos desfiles anuales, combinados, y creando también una coherencia entre los diseños.
Así lo demostraron durante la tarde del domingo en París en un desfile moderno que se retransmitió en directo a través de Instagram para alcanzar a un público más joven.
Se trató también de un proceso de apertura como demostró la propia puesta en escena del ‘show’: el ‘backstage’ ocupó el centro de la pasarela, los asistentes de costura realizaban los últimos ajustes delante del público y los modelos salían a pasear alrededor, la zona establecida para que desfilaran.
Para él, maxi jerséis de punto que bajan hasta las rodillas como un vestido, pantalones de algodón de aspecto deportivo o con corte de pinza y decorados con rombos.
Las chaquetas se llevaron cortas o largas, a modo de trenca, pero en tejidos impermeables o piel.
Los modelos vistieron trajes de chaqueta combinados de forma informal con deportivas futuristas y bandoleras cruzadas al hombro.
Con maxi gafas de formas geométricas imposibles, resultó difícil en un primer momento apreciar una transición entre la colección masculina y femenina: los ‘looks’ eran muy similares con grandes chaquetas impermeables superpuestas sobre faldas y pantalones.
Los vestidos de mujer, cargados de volantes y con aperturas hasta media pierna, dieron un toque más romántico a la colección, alejándose por momentos del espíritu tecno de la marca, cuyos diseñadores, Carol Lim y Humberto Leon, siempre recurren a la música y las fiestas nocturnas como fuente de inspiración.
En París no son muchas las marcas que han recurrido a esta forma de presentación -sin duda más económica-, pero en ciudades como Londres o Milán cada vez es más frecuente.
La pasarela busca reinterpretarse, por un lado para reducir los niveles de presión y rapidez en los que viven los diseñadores, que además de energía exige dinero.
Pero también para encontrar nuevas formas de llegar a un consumidor cada vez más difícil de impresionar y más ansioso por comprar. ¿Seguirán los pasos de Kenzo otros diseñadores durante la próxima temporada? Habrá que esperar a junio para descubrirlo.