El diseñador colombiano Haider Ackermann desveló en París su primera colección para la firma Berluti, una de las alianzas más prometedoras de esta semana de moda de hombre con la que la clásica marca de zapatos pretende ampliar horizontes, conquistando a un público refinado y extravagante.
En esta particular reinterpretación que el colombiano hizo de la marca italiana los protagonistas fueron los abrigos: los diseños de sastrería rectos y tres cuartos, por encima de la rodilla, en colores clásicos como camel o mostaza, pero también estampados en tartán.
El diseñador de Bogotá presentó además algunas cazadoras de ante y chaquetas de piel con cuello forrado en una colección elegante, pero más juvenil y adaptada al día a día, con pantalones de traje ajustados y tobilleras y sencillas camisas o jerséis en colores lisos para completar el look.
Un mensaje para el futuro, pues el desfile incluyó también varias creaciones para mujer, así como una mochila de piel con forma de funda de guitarra que podría ser la prenda fetiche de la firma la próxima temporada.
Ackermann, de 45 años, comenzó en septiembre a trabajar en la marca, cuando el grupo LVMH, al que pertenece Berluti, le contactó.
Una apuesta que dejó a todos perplejos, pues poca relación -en apariencia- existe entre el clasicismo de Berluti con el estilo bohemio y libertario de Ackermann, formado en diseño en la Real Academia de Amberes, por donde pasaron, entre otros, Martin Margiela o Dries Van Noten.
Además, la carrera de Ackermann ha destacado más por la ropa de mujer, ya que no fue hasta 2013 cuando lanzó la línea de hombre, con propuestas relajadas y, tal vez, un poco exóticas para lo que es la moda masculina.
«Hemos tenido cinco años muy bonitos y muy tranquilos, pero ahora queremos algo más moderno, profundo, con un toque retro», explicó Antoine Arnault, director general de Berluti, en el rotativo «The Financial Times», y aseguró que con la estrategia esperan atraer un público más joven y atrevido, sin perder su «leal clientela».
Alessandro Berluti, el padre de la firma, empezó en 1895 haciendo zapatos de piel.
La compañía se consolidó a lo largo de los años hasta convertirse en una de las marcas más tradicionales de zapatos y mocasines y en la actualidad el par ronda los 5.800 euros.
Arnault quiso lanzar una línea de sastrería en 2011 de la mano de Alessandro Sartori en una colaboración que fue bastante positiva: en 2016 las ventas multiplicaron por 5 los resultados de 2011 y el objetivo para los próximos cinco años es doblar la cifra actual.
La despedida de Sartori en 2016, cuando fichó por Zegna, motivó la decisión de dar un nuevo giro a la oferta de la marca, para lo que recurrió a uno de los creadores que más sabe de lujo y diseño: Ackermann.
Discreto, intelectual, auténtico y con buen ojo para las ventas, el colombiano pasó por los talleres de Galliano y hasta el propio Karl Lagerfeld habló en su día de él como su posible «sucesor» en Chanel.
Para el diseñador de Santa Fe de Bogotá, este desfile debía ser una «primera introducción» en su propia visión de Berluti, pero dada la buena acogida del público, que cerró el desfile con vítores y aplausos, es difícil decir que no ha sido la primera de muchas.