CINE Y TV
Publicado 27 noviembre, 2024
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Gladiador II
Ridley Scott regresa al género épico con Gladiador II, una secuela que amplifica las ambiciones de su predecesora al fusionar realismo brutal, ironía estilística y una narrativa cargada de simbolismo. Estrenada el 22 en Estados Unidos, la película demuestra que Scott, a sus 86 años, sigue desafiando normas y expectativas con valentía artística.
Una trama de venganza y poder
La historia sigue a Lucius Verus (Paul Mescal), hijo de Lucilla y del legendario Maximus. Ahora como exiliado legítimo heredero del trono, Lucius es capturado y obligado a convertirse en gladiador. Su objetivo es vengarse del general Marco Acacio (Pedro Pascal), responsable del ataque a su ciudad adoptiva, mientras el intrigante Macrino (Denzel Washington), un exesclavo convertido en poderoso magnate, mueve los hilos para sus propios fines.
Actuaciones destacadas y dirección magistral
Paul Mescal aporta intensidad emocional como Lucius, aunque su carisma no iguala al de Crowe en la original. Denzel Washington, por su parte, brilla como Macrino, y ofrece una actuación digna de Shakespeare con diálogos llenos de ritmo poético. Su presencia magnética y su dominio vocal elevan el guion de David Scarpa a niveles inesperados. La partitura de Harry Gregson-Williams rinde homenaje al trabajo de Hans Zimmer en la primera entrega. Visualmente, Scott despliega un espectáculo lleno de metáforas históricas y momentos impactantes, como una batalla naval en el Coliseo y un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contra una horda de babuinos generados por efectos especiales. Gladiador II no busca precisión histórica. En cambio, utiliza el pasado como una construcción simbólica para explorar temas contemporáneos, como el poder, la exclusión y la manipulación histórica.