Existe en francés una expresión para señalar, al mismo tiempo, la línea meridional del planeta y el filo del mediodía: ‘le meridien’. Aunque la raíz de la denominación de los centros comerciales barranquilleros guarda relación tangencial con esta locución, su concepción va más allá de la misma; por ello, en vez de concluir en “n”, como la expresión original, lo hace en “m”, un símbolo diferencial de la búsqueda perseguida por su fundador, quien vio en este sonoro nombre la oportunidad de establecer un concepto empresarial vanguardista, enfocado en transcender la oferta comercial estándar en la ciudad.
Los centros comerciales Le Meridiem nacen de una búsqueda consciente. En un contexto en el que este tipo de establecimientos se caracteriza por ofrecer espacios cerrados y enfriados artificialmente, el concepto de Le Meridiem es el opuesto: un lugar abierto, no solo a los visitantes, sino a las brisas frescas del Caribe. Fue en el año 2018 cuando se construyó la primera sede. Solo un año después se abrió la segunda; en tanto que el año pasado —en un acto de confianza sin igual después de los estragos de la pandemia—, se dio la esperada apertura de Le Meridiem Golf. En las dos primeras sedes operan, en cada una, dieciocho locales comerciales de alto perfil. En la más reciente, hay noventa y tres espacios para el disfrute del consumidor local. El sello distintivo de todos los centros comerciales de la marca, además de la arquitectura amigable y la ubicación diferencial, es la armonía entre la gastronomía y la moda, ejes transversales de la cultura barranquillera.
Indistintamente de la sede que se visite, en los centros comerciales Le Meridiem siempre encontraremos las mejores marcas de moda y la más deliciosa oferta gastronómica. Con relación a este último aspecto, las opciones son tan diversas como excelsas, gracias a pesos pesados de la culinaria como La Ganache, Fiordi, Devoto y Santa Cabrona. Buscando brindar una experiencia diferencial, en la nueva sede del barrio El Golf no existe la tradicional plaza de comidas, sino una extensa oferta de restaurantes de calidad que ocupan todo el segundo y el tercer nivel de la edificación, dejando el primer piso para exclusivas tiendas de moda. Este ecléctico complemento le brinda la oportunidad al visitante de acercarse a distintos conceptos gastronómicos y a las marcas más reconocidas del mundo en ropa y calzado.
Le Meridiem puede ser, en sí mismo, una alternativa de turismo gastronómico. ¿Por qué no darse a la tarea de probar los mejores platillos de cada uno de los restaurantes de las instalaciones? Podría degustar una nueva opción de comida cada semana o probar el menú en pleno de un establecimiento culinario antes de pasar al siguiente. Independientemente del sendero que elija, estamos seguros de que Le Meridiem llenará plenamente sus expectativas gastronómicas.
La construcción de los centros comerciales Le Meridiem ha sido no solo una búsqueda comercial, sino una contribución social significativa. A la generación de empleos por las obras arquitectónicas y el sucesivo emplazamiento de marcas, hay que sumarle la transformación paisajística y el aporte a la valorización de los sectores en los que se construyen los complejos. Por ejemplo, la sede Le Meridiem Golf recuperó un amplio lote baldío que perjudicaba la imagen del barrio y que transmitía una continua sensación de inseguridad. Hoy es el lugar más elegante y concurrido del sector.
La marca Le Meridiem crece. En la actualidad, la entidad desarrolla la construcción de su primera torre empresarial, la cual ofrecerá —además de la oferta de moda y gastronomía habitual— oficinas de trabajo para aquellos profesionales que quieran establecerse en un sitio de inigualable visibilidad, confort y seguridad. Su apertura está prevista para el mes de junio del próximo año.
Por cinco motivos:
Le Meridiem I: calle 84 # 59-34.
Le Meridiem II: calle 84 # 64-29.
Le Meridiem Golf: carrera 59B # 81-158.