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ACTUALIDAD

Publicado 5 abril, 2016

Rousseff no cree en nuevas elecciones para este año.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, comentó hoy con ironía las propuestas formuladas por diversos grupos políticos que defienden una convocatoria de nuevas elecciones para este mismo año, a fin de superar la crisis política del país.

«No acepto ni rechazo propuestas, pero que convenzan a todos los diputados y senadores a dejar sus mandatos este año», dijo Rousseff frente a esos planteamientos, que apuntan a convocar elecciones generales para octubre próximo, en coincidencia con los comicios municipales ya previstos.

Esa posibilidad ha comenzado a ser alentada en sectores políticos como un intento de superar la crisis que tiene a Rousseff al borde de un juicio político con miras a su destitución, que tramita en el Congreso y puede definirse en un plazo de aproximadamente un mes.

El senador Valdir Raupp, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), le dio forma oficial a esa propuesta este lunes, al presentar un proyecto de reforma constitucional en esa dirección, que de ser aceptado debería ser tramitado con carácter de urgencia.

Según Raupp, cuyo partido acaba de abandonar la coalición de Gobierno pese a que lo lidera el vicepresidente Michel Temer, sería una manera de «pacificar» el enconado clima político del país.

«No sería una renuncia de la presidenta», exigida por vastos sectores de la sociedad», ni tampoco un juicio político, como el que puede llegar a tener que enfrentar Rousseff, consideró Raupp.

Según dijo hoy Rousseff, los comicios presidenciales fueron celebrados en 2014 y ella fue reelegida para un nuevo mandato de cuatro años, al que no piensa renunciar.

La mandataria insistió en calificar de «golpe» los intentos de la oposición de desalojarla del poder por la vía del juicio político, ya que, en su opinión, no existen razones jurídicas que justifiquen ese extremo.

La mandataria sostuvo que tanto el proceso de juicio político como la insistencia de la oposición en una posible renuncia «son cosas que perjudican al país» e impiden la recuperación de la economía, que desde el año pasado ha entrado en una profunda recesión.

«Sin estabilidad política no hay crecimiento económico, no se puede recuperar la economía ni generar empleos, y se cierran los caminos de las oportunidades para la población», declaró. 

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