El presidente de EE.UU., Barack Obama, llenó hoy de estrellas la Casa Blanca para su última ceremonia de entrega de la Medalla de la Libertad, en la que homenajeó a los actores Robert de Niro, Robert Redford y Tom Hanks; el músico Bruce Springsteen y la leyenda del baloncesto Michael Jordan, entre otros.
Obama congregó a 21 personas para entregarles el mayor honor que puede otorgarse a un civil en Estados Unidos, y se convirtió a su vez en el presidente estadounidense que más Medallas de la Libertad ha entregado durante su mandato, con al menos 114.
«Todo el mundo en este escenario ha conseguido conmoverme personalmente de una forma muy poderosa, en formas que probablemente no pueden imaginarse. Me han ayudado a ser quien soy», dijo Obama al concluir la ceremonia en la Sala Este de la Casa Blanca.
Entre los homenajeados estuvieron también la cantante Diana Ross, los filántropos Bill y Melinda Gates, el arquitecto Frank Gehry, el jugador de baloncesto Kareem Abdul-Jabbar, la actriz Cicely Tyson y el rector del Miami Dade College (MDC), el cubano Eduardo Padrón.
«Son estadounidenses extraordinarios, que nos han inspirado, nos han unido y nos han empujado hacia el progreso. Son innovadores y artistas, servidores públicos, atletas, o conocidos actores de método como el tipo que salió en ‘Space Jam'», bromeó Obama en referencia a la aparición de Michael Jordan en esa película en 1996.
Como otros presidentes estadounidenses, Obama ha tratado de que sus ideas sobre el país se reflejaran en los homenajeados con la Medalla de la Libertad, y ha entregado ese galardón a más miembros de minorías (44) y más mujeres (41) que ninguno de sus predecesores, según un recuento del diario The Washington Post.
Algunos de los homenajeados hoy en la Casa Blanca, además, han sido muy críticos con el sucesor de Obama, el republicano Donald Trump, entre ellos Springsteen, De Niro y Abdul Jabbar.
Obama destacó las cualidades de los galardonados uno por uno: del jugador más popular de la historia de la NBA aseguró que «hay una razón por la que la gente dice ‘eres el Michael Jordan de algo'», porque personifica «lo que significa ser realmente bueno en algo».
Sobre Abdul Jabbar, dijo que «cuando un deporte cambia sus reglas solo para ponértelo más difícil, es que eres realmente bueno», en alusión a la prohibición de los mates en el baloncesto universitario en 1967, y destacó que el histórico pívot de Los Angeles Lakers defendiera «su fe musulmana cuando no era fácil ni popular».
Con Springsteen se extendió más que con el resto, al asegurar que ha dedicado su carrera a crear «himnos sobre EE.UU.», que relatan las «simples glorias y los sufrimientos de la vida diaria» en el país, y destacó que con 67 años siga dando conciertos de cuatro horas.
«Yo soy el presidente, él es el jefe (‘the Boss’)», bromeó Obama.
En cuanto a Robert De Niro, elogió su «arte honesto y auténtico» y su «precisión dramática», aunque también bromeó sobre su fijación con los papeles de mafioso: «un mafioso que dirige un casino, un mafioso que necesita terapia, Al Capone…».
De Robert Redford recalcó no solo su trabajo como actor, sino también de apoyo al cine independiente desde el Instituto Sundance y su «apoyo a los Parques Nacionales» de EE.UU., un trabajo que «no tiene planes de ralentizar» a sus 80 años.
Tom Hanks, por su parte, ha presentado a los estadounidenses a distintos «héroes sencillos», según el presidente, que describió al galardonado actor simplemente como «un hombre bueno», que es «el mejor título que uno puede tener».
Sobre la humorista Ellen DeGeneres, conmovida hasta las lágrimas al recoger el premio, Obama destacó su «valentía» al anunciar que era lesbiana «hace 20 años», algo que «le pasó factura» durante un tiempo en Hollywood pero fue «importante para la comunidad LGBT» e hizo que muchos estadounidenses repensaran sus ideas sobre el tema.
En el turno de Diana Ross, destacó que el grupo de soul que lideraba, «The Supremes», se «ganó un lugar permanente en la historia» del país, y que la exitosa cantante sigue ejerciendo una influencia «ineludible» en la música de hoy.
También homenajeó a Lorne Michaels, el creador de «Saturday Night Live», un programa muy criticado por Trump por sus parodias, algo a lo que Obama no se refirió directamente aunque sí dijo que sus humoristas «siguen suponiendo un reto para los poderosos, especialmente para la gente como yo».
Respecto a Bill y Melinda Gates, afirmó que «entre los dos han donado más dinero a causas benéficas que nadie jamás», a través de la Fundación Gates y otros canales.
Obama destacó además la historia de Eduardo Padrón, que llegó como adolescente a Florida junto a otros niños cubanos que buscaban «una educación que no podrían conseguir en su país», y tras estudiar en Miami Dade, decidió «crear más historias como la suya».
«Construyó una fábrica de sueños para uno de los cuerpos de estudiantes más diversos de la nación», sostuvo el mandatario, que animó a «seguir el ejemplo» del presidente de la universidad de Miami Dade.
La lista de galardonados la completaron la defensora de los nativos americanos Elouise Cobell (de forma póstuma), el físico Richard Garwin, la arquitecta Maya Lin; la matemática Margaret H. Hamilton, que ayudó a crear el software para la llegada a la Luna del Apolo 11; la programadora Grace Hopper (póstumo), el comentarista Vin Scully y el regulador de la industria televisiva Newt Minow.