AMC es la cadena responsable por grandes éxitos televisivos como Mad Men y Breaking Bad. Fear The Walking Dead también hace parte de la lista de reconocidos programas producidos por la cadena norteamericana, y si bien su paso por la pantalla chica ha estado plagada de éxitos, al punto de llegar a ser la serie más vista en la historia del cable, la noticia que pone sus nombres en boca de todos en los últimos días no es tan positiva: los creadores del seriado basado en el cómic The Walking Dead han entablado una demanda en contra de AMC Network.
Ante una corte de Los Ángeles, el creador de la serie, Robert Kirkman, y tres productores, Glen Mazzara, Gale Ann Hurd y David Alpert, han presentado su caso, asegurando que AMC Network y AMC Studios no han compartido de manera justa y completa los grandes ingresos logrados por el popular programa televisivo.
La cadena no demoró en hacer pública sus primeras declaraciones, y, así, el vocero de AMC comentó que se trata de otro caso de litigio común y corriente en el mundo del entretenimiento.
Además, la productora también aseguró tener gran respeto y aprecio por los demandantes, a pesar de desacreditar la demanda: “continuaremos trabajando con ellos como socios, inclusive si deciden continuar defendiendo vigorosamente este juicio oportunista, predecible y sin fundamentos.”.
De acuerdo a ciertas estimaciones realizadas por expertos de la industria, las cifras generadas por el drama televisivo que ha conjugado la mayor cantidad de espectadores jóvenes en la historia, alcanzarían los cientos de millones de dólares.
En las últimas semanas AMC ha venido recibiendo varios golpes alrededor de las figuras responsables de Fear The Walking Dead: a esta última demanda se le suma la presentada por Frank Darabont, un ex productor ejecutivo de la misma serie, quien asegura haber sido despedido sin justa causa, mientras se rodaba la segunda temporada del programa, lo cual podría costarle a la empresa unos 280 millones de dólares.
De hecho, el mismo Kirkman firmó un contrato con la plataforma streaming de Amazon, para generar contenidos de manera exclusiva, lo cual también constituyó un fuerte golpe para el nombre y producción de la empresa con sede en Nueva York.