Aseguran los expertos que cualquier lugar es romántico si la compañía es la adecuada. Pero también es cierto que el entorno resulta indispensable para generar una sintonía de atracción e intimidad. En este Mes del Amor y la Amistad, te damos una guía de algunos de los lugares más románticos del mundo.
No solo porque es la ciudad con mayor riqueza cultural de Japón, ni por su refinada cocina o sus antiquísimos templos budistas, sino porque la enigmática ciudad de Kyoto ofrece a sus visitantes uno de los paisajes citadinos más perseguidos por los enamorados: el florecimiento de los cerezos. Desde el inicio de la dinastía Heian (794-1185), el evento más esperado en la primavera japonesa es la floración de estos hermosos árboles, un acontecimiento que está tan arraigado a la cultura y el orgullo de esta ciudad que algunos árboles en particular son famosos y hasta casi venerados, como el joven Gion Shidare Sakura, en el parque Maruyama. Este árbol, de apenas 80 años de edad, destaca por su belleza entre los 680 cerezos de diversas variedades que le rodean.
Parejas de diferentes lugares del mundo vienen cada año al pequeño poblado sueco de Jukkasjärvi, a escasos 200 km del círculo polar ártico, para jurarse amor eterno en su particular iglesia de hielo. La capilla forma parte del Ishotellet (hotel de hielo en sueco), que en octubre de cada año decenas de escultores comienzan a construir con las placas de hielo cercenadas al congelado río Torne. La temperatura dentro del hotel no suele superar los -5 °C (fuera del hotel, en invierno, el promedio varía entre -15 y -30 °C). Pero no te preocupes si deseas pasar la noche en el Ice Hotel, porque los empleados te darán todas las recomendaciones necesarias para sobrevivir entre las paredes de hielo, que en realidad son asombrosas obras de arte.
Venecia es la ciudad de los enamorados por excelencia. Resultaría imposible elaborar una lista de los lugares más románticos del mundo sin incluir a la ciudad de los canales. Todo lo que la envuelve es tan perfecto, tan ideal para los enamorados, que incluso llega a ser un cliché. Si París es la Ciudad Luz, Venecia es la Capital del Amor. Las góndolas deslizándose delicadamente sobre las aguas de sus canales, la niebla que en los amaneceres invernales desciende y besa los remos de los gondoleros, el preciosismo de sus edificios barrocos y renacentistas, los atardeceres de ensueño que se disfrutan desde sus puentes, la plaza de San Marcos desafiando con todo su esplendor el paso del tiempo, el misterio de las callejuelas más tranquilas y escondidas…
Quienes han contemplado sus amaneceres desde una terraza, sintiendo el ronquido perezoso de la ciudad que despierta con los cantos de los almuédanos llamando a la oración; quienes se han adentrado en sus coloridos bazares; quienes han descubierto una puesta de sol a orillas del Bósforo; quienes han recorrido a pie su parte más antigua, edificios en los que mágicamente confluyen las historias romana, bizantina y otomana; o quienes han explorado a caballo alguna de las nueve Islas Príncipe que emergen del mar de Mármara; quienes han experimentado el relax de tomar un té en un Çay Bahçesi (jardín de té), alejado del bullicio de la ciudad; quienes han vivido todas estas experiencias en Estambul, la capital de Turquía; saben que esta es, sin lugar a dudas, una de las ciudades más románticas del mundo.
Para muchos viajeros, Rajastán es la India en su forma más exótica. Este departamento fronterizo con el sur de Pakistán, que es más pequeño que Paraguay pero con más habitantes que Colombia, ofrece tantas posibilidades a sus visitantes que se necesitan semanas para abarcar algunas de ellas. Explorar sus tres ciudades más emblemáticas: Jaipur, conocida como la Ciudad Rosada; Jodhpur, la Ciudad Azul; y Udaipur, la Ciudad Blanca. Cada una de ellas con monumentos, fuertes y palacios antiquísimos de gran valor arquitectónico. Cabalgar en camello sobre las dunas del desierto de Thar, y después dejar que la noche te envuelva en un campamento de tiendas de lujo, tumbado sobre las exquisitas alfombras de la región, bajo el ancho cielo colmado de estrellas.
¿Isla idílica? ¡Tahití, sin lugar a dudas! Ubicada al sur del Océano Pacífico, la isla más grande la Polinesia Francesa cristaliza el sueño de cualquier pareja que desea zambullirse en un paisaje de aguas cristalinas y playas sosegadas. Es la Isla de la Fantasía para los enamorados que desean vivir una luna de miel apacible.
Que París es la ciudad romántica ya suena a lugar común, pero no por ello deja de ser una realidad. No solo descubrir los lugares obvios de la capital francesa, como los Campos Elíseos, la torre Eiffel, la catedral de Notre Dame o el río Sena, sino caminar por sus barrios menos turísticos en los que las pequeñas tiendas abundan más que seres humanos. Bien lo sabía Rick Blaine (Humphrey Bogart) cuando protagonizó una de las despedidas más famosas del cine: “Siempre nos quedará París”, le susurró a su amada Ilsa Lund (Ingrid Bergman).
Podría decirse que es el corazón cultural y espiritual de Marruecos. Fez continúa siendo el asentamiento islámico medieval más completo y natural del mundo. Sus olores, sonidos y construcciones representan un aluvión de estímulos para los sentidos. Adentrarse en sus calles laberínticas, bordear sus magníficas murallas o simplemente caminar en la Medina de Fez el Bali, la mayor zona peatonal del mundo, son algunas de las actividades que los enamorados realizan en esta imperial ciudad.
Buscar la playa perfecta tomados de la mano, o una de esas puestas de sol que dejan sin habla, o cruzar el umbral de una taberna tradicional a orillas del mar o navegar de isla en isla deslumbrados por el blanco inmaculado de sus construcciones, cualquiera de estos planes quedarán en la memoria de los enamorados hasta que la muerte los separe.