DESTINO
Publicado 25 julio, 2016
Por: Felipe Villa de la Torre
Pobladas en tiempos inmemoriales por indígenas apacibles, asoladas luego por conquistadores y piratas, exaltadas por poetas y cantores, las islas del Caribe simbolizan hoy el paraíso vacacional, lugar idílico de playas de arena blanca, aguas color turquesa y palmeras mecidas por la plácida brisa. ¿Cuáles son las más visitadas? Aquí te presentamos las 3 primeras.
República Dominicana
4’300.000 visitantes
Algo debe tener para ser la más visitada de las islas caribeñas. Quizá es su capital, Santo Domingo, la más grande y cosmopolita de las ciudades caribeñas; o Punta Cana, admirada por sus atractivas playas y escenarios románticos; o tal vez la península de Samaná con sus recónditas playas vírgenes y grandes espacios de naturaleza salvaje; o Puerto Plata con su maravilloso contraste de resorts y casas victorianas del siglo XIX; sólo por mencionar algunas de las posibilidades que nos brinda Quisqueya la Bella, como se le conoce familiarmente. No por casualidad dicen de ella que es ‘La isla que lo tiene todo’.
Puerto Rico
3’000.000 visitantes
La Isla del encanto posee muchas más virtudes que la música salsa y sus maravillosas playas. Buen ejemplo de ello es el Castillo de San Felipe del Morro, joya arquitectónica de la isla construida a mediados del siglo XVI y que en la actualidad alberga buena parte de la historia puertorriqueña. No hay mejor forma de conocer esta isla que perderse por las calles adoquinadas de San Juan y dejar que el entorno invada tus sentidos. Seguramente así lo han hecho algunos de los hijos pródigos de esta tierra, desde Héctor Lavoe hasta Benicio del Toro, sin olvidar a Ricky Martin, Jennifer López o Tito Puente.
Cuba
2’700.000 visitantes
¿Cuba en apenas un párrafo? ¡Sacrilegio! La isla mayor del Caribe es tan singular, enigmática e impredecible que el lenguaje se queda corto e incluso haría falta inventar nuevos adjetivos para describirla con fidelidad. Sólo hablar de su capital, La Habana, entraña una vasta faena de la que pocos salen bien parados, con sus edificios coloniales; sus automóviles arcaicos pero inmortales; sus esquinas bulliciosas; su malecón de más de cinco kilómetros, tan arraigado a la cultura habanera que parece un ciudadano más. Fuera de la Habana, el visitante dispone de otras ciudades y paisajes inolvidables, y desde luego playas espléndidas marca Caribe.
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